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Introducción al Feng Shui

In Salud
noviembre 25, 2016

El Feng Shui, el arte de influir positivamente en el entorno, sirve especialmente a quienes les gusta completar sus proyectos sin dejar cabos sueltos.

A lo largo de la historia, y por lo que ahora sabemos, incluso desde la prehistoria, los humanos han sido conscientes que la posición que las cosas ocupan en el espacio les afecta. Ésta es una evidencia generalmente aceptada, aunque no lo sea tanto establecer hasta qué punto será o no determinante en la trayectoria de una construcción, de una residencia, de una estancia, de un diseño o de un proyecto. La gradación de respuestas es amplia. Va desde quienes creen que no tiene demasiado sentido hacer este tipo de consideraciones, hasta quienes consideran esencial estudiar los puntos más favorables para completar un proyecto equilibrado, capaz de aprovechar correctamente las energías del entorno.

Entre estos últimos suelen situarse los seres humanos observadores, metódicos y perfeccionistas, entre los que figuran por cierto prestigiosos arquitectos.

El Feng Shui, les da a esas personas positivas, que prefieren dejar bien sentadas las bases del éxito sin olvidar cabos sueltos, una metodología para establecer la ubicación y diseño más armónicos, benéficos y prósperos.

Naturalmente eso no es todo. Detrás de este saber oriental hay toda una compleja filosofía y un rico conjunto de prácticas y sistemas. Pero eso no quiere decir que para aprovechar correctamente sus beneficios se deba ser un experto.

¿Qué es el Feng Shui?

La posición y orientación del espacio a construir es una cuestión muy importante a tener en cuenta. El lugar que ocupa nuestra residencia, nuestra oficina de trabajo y los objetos que nos rodean suelen afectar a nuestra existencia.

Hoy en día en occidente no estamos acostumbrados a reparar en estos detalles, más bien instalamos los objetos según nuestra comodidad y siguiendo modelos de moda o decoración.

En muy contadas ocasiones acertamos en su posición exacta (plantas, espejos, cuadros, etc.), aunque los sabios chinos advierten que en esta filosofía oriental influye mucho la intuición. Y esta es una virtud que todos los seres humanos poseemos en mayor o menor medida. El Feng Shui es una tradición milenaria que intenta utilizar los elementos a nuestro alcance para hacernos más favorables las energías del planeta.

Arte y ciencia tradicional

Hoy sabemos que algunos de los antiguos consejos del Feng Shui (como mantener tapado el inodoro, por ejemplo) se corresponden a una simple aplicación del sentido común. Sin embargo, es algo mucho más complejo. No se puede comprender, por ejemplo, la prosperidad de regiones como Hong Kong sin ver in situ hasta qué punto practican el Feng Shui en la vida cotidiana. Al proyectar y construir aquellos exuberantes edificios se tienen en cuenta algunos detalles, como las “flechas secretas”; es algo que pudo comprobar el arquitecto británico Norman Foster, cuando recibió el encargo de diseñar la sede central del banco HSBC en Hong Kong.

Además, la zona posee excepcionales condiciones geográficas, con unas protectoras montañas detrás de los grandes edificios. Aunque otros prefieran hablar de su pasado colonial, de su sistema de economía mixta, o del extraordinario movimiento portuario de exportación del gran gigante, lo cierto es que son muchos los aspectos del Feng Shui que también pueden explicar muy bien aquella prosperidad.

Occidente se va rindiendo poco a poco al Feng Shui, y son muchos los arquitectos que diseñan y elaboran sus planos con la ayuda de maestros y asesores Feng Shui. Multinacionales de prestigio elaboran sus edificios respetando esta tradición oriental, y poco a poco se dejan ver muchos elementos de decoración relacionados con el Feng Shui.

Conocer mejor la energía, comprender el mundo

Más allá del conocimiento de las leyes que rigen la posición armoniosa en el espacio, el Feng Shui es también una manera de ver el mundo basada en los principios de unidad y en la observación del orden perfecto y entorno del universo. Así, uno de sus puntos de partida es que todo lo que nos rodea, aún el mueble más pequeño y el adorno más insignificante, potencia nuestros anhelos o nos aleja de ellos.

Para poder aplicar sus principios, tenemos que conocer: el Yin y el Yang, que encarnan los dos tipos de energía principales que conectan a las personas con los lugares donde viven; los Cinco Elementos y las Ocho Direcciones, para conocer el sistema de coordenadas que nos ayude a entender cómo la energía circula a través del entorno y afecta las distintas áreas de nuestra vida.

Si logramos situarlos de la forma adecuada, de modo que las sutiles corrientes de energía que atraviesan nuestro cuerpo y el universo fluyan, podremos ordenar nuestro hogar y nuestro lugar de trabajo de manera que nos acerque mucho más a nuestras metas.

En la práctica

El Feng Shui no puede ayudar a resolver todos los problemas de la vida de cada persona, pues ésta está sujeta a ostras influencias y factores, sin embargo, si nos planteamos expectativas realistas, es muy probable tener éxito.

Podemos hacer una lista de áreas en las que hayamos tenido problemas, y elegir los que se quieran abordar. Intentaremos relacionar entonces problemas específicos con áreas particulares de la casa, y hacer los cambios.

Cuando empieces a practicar el Feng Shui confirmarás que eres tú mismo quien controlas tu vida. Si algo no funciona tal como esperabas puedes entender la causa e intentarlo de nuevo desde otro punto de partida. Verás cómo las fuerzas de la Naturaleza, entre otras, están de tu lado, no en tu contra.

Sistemas Feng Shui

El Feng Shui ha sido reelaborado por grandes maestros, y sus huellas llegan hasta nuestros días en los que ha aparecido una versión resumida y de fácil aplicación para nuestra mentalidad occidental más simplista.

Todos los que han tenido alguna vez en sus manos una brújula Feng Shui original de China, o si tienen la oportunidad de trabajar con una, lo pueden entender enseguida ya que se trata de algo muy sencillo, pero con infinitas implicaciones y una gran complejidad. Los diferentes sistemas Feng Shui a veces se contradicen entre sí y pueden por ello resultar un tanto desconcertantes, por eso al principio lo mejor y más recomendable es estudiar solo uno, es decir, seguir una Escuela e ir descubriendo poco a poco los matices.