El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), es uno de los trastornos de ansiedad más frecuentes en nuestra sociedad desarrollada. Aunque todavía se desconoce la causa exacta de este problema, los expertos coinciden en que factores como el estrés, la excesiva auto-exigencia, y los problemas emocionales, favorecen la aparición del Trastorno Obsesivo Compulsivo. El TOC se caracteriza por la presencia de pensamientos obsesivos recurrentes e intrusivos, que el paciente intenta apartar de su mente. A pesar de sus refuerzos, estos pensamientos vuelven a su mente una y otra vez, convirtiéndose así en un problema que genera ansiedad, frustración, miedo, y muchas veces también actos compulsivos, que en algunos casos pueden llegar a incapacitar al paciente para determinados trabajos.
Los actos compulsivos son rituales que la persona realiza con el objetivo de reducir la intensidad de la ansiedad. Algunos de los más frecuentes son por ejemplo, comprobar repetidas veces que las puertas del coche están correctamente cerradas, revisar que todas las ventanas de casa están cerradas, colocar los objetos en una posición u orientación determinada, o lavarse las manos muchas veces al día. Una de las características de este trastorno es el hecho de identificarse con los pensamientos, es decir, creer todos los pensamientos que genera la mente, sin cuestionarse si son racionales o irracionales. La incidencia del mismo en las sociedades desarrolladas es de entorno al 0,9 %, si bien existen muchos casos sin diagnosticar ya que muchos pacientes sienten vergüenza de exteriorizar su problema o buscar la ayuda de un profesional. En estos casos se incrementa el sufrimiento del individuo, pues éste comprende que tiene unos patrones mentales no armónicos, incluso unas conductas que no son normales, pero no es capaz de comprender qué le pasa ni por qué, sintiendo muchas veces un gran sentimiento de incomprensión y culpa.
Se cree que en la causa del mismo, puede haber tanto factores genéticos como sociales, entre estos últimos, destaca principalmente la presencia de determinados factores psicológicos, como haber recibido una educación sobreprotectora por parte de los padres, el exceso de responsabilidad y autoexigencia, y factores como el estrés, o traumas emocionales. Obviamente curar el TOC es un proceso que suele resultar más complejo que curar la ansiedad, y que empieza por aceptar el problema y asumir que frecuentemente hay que ponerse en manos de un psicólogo o incluso de un psicoanalista. Normalmente se hace necesario el trabajo conjunto de un psicólogo y un psiquiatra, ya que este último se encarga de prescribir medicación y llevar un seguimiento de la evolución del paciente. Con la ayuda profesional y el esfuerzo del paciente muchas veces se supera el TOC o se consigue disminuir la intensidad de los síntomas y la limitación personal y social que este trastorno tiene en la vida del individuo. Muchas veces, va acompañado de depresión, baja autoestima e inseguridades psicológicas, lo que hace que la terapia pueda necesitar bastantes sesiones.
Es frecuente que el Trastorno Obsesivo Compulsivo aparezca en periodos de fuerte estrés, problemas personales relativamente graves, o periodos de depresión. No obstante, existen factores genéticos y sociales que predisponen a determinadas personas a desarrollar este problema, ya que no todas las personas sometidas a fuertes niveles de ansiedad, van a desarrollar TOC. En una sociedad altamente competitiva, es frecuente en muchos empleos, estar sometidos a altos niveles de estrés, tensión, y preocupaciones. Aprender a manejar la presión del trabajo, se hace muchas veces necesario para ser capaces de conservar la serenidad, y mantener las emociones negativas a raya. Si además de tener que soportar la exigencia de un trabajo estresante, uno “se lleva a casa” las preocupaciones del trabajo, las consecuencias emocionales pueden ser mucho más graves.
También es frecuente que este pueda aparecer coincidiendo con eventos especialmente traumáticos como son separaciones matrimoniales, pérdida de seres queridos, o problemas de relaciones sociales. A pesar de que no se conocen los mecanismos psicológicos y biológicos concretos de esta relación causa-efecto entre factores estresantes y aparición del TOC, se hace manifiesto que la relación entre estos dos existe. Aprender a manejar la presión del trabajo, de los exámenes de la universidad, o de una separación matrimonial es algo que no se nos enseña en los institutos ni en la universidad. A pesar de ello, la inteligencia emocional tiene una gran importancia a la hora de determinar la felicidad de una persona. En el colegio e instituto, aprendemos una enorme cantidad de información que se nos va olvidando con los años, mientras que la educación emocional recibida en nuestra formación es prácticamente nula, a pesar de ser algo muy importante para poder ser felices y poder afrontar satisfactoriamente los problemas y los factores estresantes que nos depare la vida.
Todos debemos reflexionar acerca de la influencia que tiene sobre nuestro estado emocional, nuestra respuesta a los factores estresantes del trabajo o de otras esferas de la vida. Nuestra respuesta va a determinar el nivel de ansiedad que vamos a experimentar, hasta el punto de que puede actuar como un factor desencadenante de procesos como el TOC. No es casualidad que la incidencia del Trastorno Obsesivo Compulsivo sea más elevada en las sociedades desarrolladas que en zonas del planeta menos desarrolladas. El estilo de vida occidental, y un sistema altamente competitivo, hace que hayamos considerado como algo normal vivir en una sociedad donde gran parte de sus individuos viven estresados; con un elevado uso tanto de ansiolíticos como de antidepresivos, y con unos índices elevados de trastornos de ansiedad. Esto nos lleva a aceptar que esta es una asignatura pendiente a la que algún día deberemos hacer frente para construir una sociedad mejor.