¿Cuál es el complemento estrella según los decoradores? Esta temporada hay, sin lugar a dudas, un estilo que está volviendo a resurgir de sus cenizas.
Los bancos para amueblar, tanto de exterior como de interior, están ganando la batalla a los asientos individuales porque son versátiles, vuelven a reunir a la familia en torno a ellos y ofrecen un ambiente de complicidad que nos recuerda a las películas más emocionales.
“Los hay elegantes, pensados para oficinas o salones decorados al más puro estilo nórdico, pero también de madera, recordando los antiguos modelos que existían en los recibidores e incluso accesos de las casas más señoriales del siglo XIX. Hay un modelo para cada sala de la casa. El salón, la cocina, el baño o incluso la terraza son habitaciones perfectas para ubicarlos. Solo hace falta encontrar su sitio para hacer de nuevo de las reuniones en familia una tradición” explican desde Livingo.es, un escaparate de cientos de marcas que ofrecen a través de su plataforma los productos del sector decoración.
Tras una época en la que no se buscaba más que la sencillez y simplicidad en las estancias, está llegando un momento en el que los propios decoradores vuelven a apostar por la calidez de las estancias, por crear un ambiente en el que los inquilinos y las visitas se encuentren y tengan la tranquilidad necesaria para abrirse a la conversación.
El concepto de felicidad de muchos pasa por los recuerdos y éstos, en la mayoría de los casos, por las vivencias de la infancia.
Y nada hay más parecido a un recuerdo infantil que un banco en el que se sentaban los amigos, los familiares y las distintas generaciones dispuestas a compartir charlas, experiencias y crear memorias.
Según Livingo: “Han pasado de ser un mero objeto decorativo a ser protagonistas de los espacios como la cocina o el salón. Es el lugar en el que se sienta alrededor de la mesa, se comparte un café o se ofrece ese consejo en forma de confidencia«.
Ciertamente, los bancos han estado presente en la vida de toda una generación que ahora, al decorar sus propias viviendas y oficinas, busca de nuevo la calidez del contacto que la digitalización ha dejado de lado. Nunca antes un objeto decorativo había conseguido tanto.