Y es que ni más ni menos que eso, una ciudad eterna, es lo que es Roma. Su hicieran un breve, porque da para mucho, repaso por su historia entenderían porqué el nombre la define en toda su esencia. Es una ciudad que parece estar desde siempre y que permanecerá cuando vaya pasando el tiempo, que para ella parece haberse detenido o simplemente ser algo más que para ella no existe. En sus calles, siempre llenas de vida con sus sonidos, olores, rebosantes del tipismo de la vitalidad continua, se contemplan los vestigios de los milenios de historia que en ella dejaron su huella.
Como en toda capital, y Roma además lo es de dos Estados, las actividades a realizar yendo de turismo son innumerables, por no mencionar los encantadores y cada vez más en desuso, y gratis de momento al menos, paseos por sus calles. Es la mejor manera de conectar y vivir la ciudad. Toda ella es un monumento, para los amantes de estos, hasta el punto de que tratar de verlos en una visita es imposible. Al menos en un viaje de unos cuantos días. Habría que limitarse a aquellos monumentos que no pueden perderse, los imprescindibles, dejando para siguientes viajes el resto, porque queda mucho por ver y seguro que habrá más de una visita.
Pero para conocerla sería necesario quedarse en ella y vivirla, empaparse de sus calles, sus barrios y la vida intensa que se respira en todos ellos. Encontrarán visitas guiadas a cualquiera de sus monumentos, aunque guías escritas y de bolsillo encontrarán en cualquier librería antes de salir donde les explican sus características con profusión de destalles. También hay páginas que les servirán de guía práctica para su viaje y, por supuesto, la web oficial que parece que siempre aporta más garantías porque es neutral y no se basa en opiniones y experiencias personales.
Es por esta intensa vida en la calle que ustedes vivirán porque todas ellas son un museo, por lo que les proponemos que alquilen un apartamento en su próxima visita a la Ciudad Eterna. Ofertas hoteleras de todas las categorías en una ciudad como esta abundan. Pero a las indudables ventajas de los apartamentos en determinadas circunstancias, se une una oferta y variedad enorme, y sobre todo vivir Roma como un romano. Desde y en la calle hasta en sus momentos de descanso.
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