La tecnología presente hoy en día nos conecta a diferentes culturas e idiomas. La mayoría de los relojes electrónicos o digitales importados utilizan siglas de origen americano para indicar temperaturas, estaciones y horarios, siendo fundamental estar vinculados a esas formas de comunicación para evitar confusión.
El formato de horarios para el día entero ocurre en dos etapas de 12 horas cada una, siendo la primera de ellas AM y la segunda PM. En este artículo explicaremos el significado de AM y PM, así como los orígenes de la abreviatura para que entiendas mejor esa división del tiempo.
AM y PM: significado
La abreviatura AM significa en latín ante meridiem o antes del mediodía, mientras que PM significa post meridiem o después del mediodía.
La forma en la que aparecen estas siglas en los relojes puede ser en letras minúsculas como mayúsculas, cualquiera de las dos opciones esta bien.
Esto divide efectivamente el tiempo en un cómputo de dos por 12 horas. En otras palabras, se utiliza las 12:00 am para indicar que es medianoche y las 12:00 pm para indicar que es mediodía.
Después del mediodía (12:00 horas) el recuento se reanuda. Es decir, las 13:00 horas indica que es la 1:00 PM.
Conversión entre 12 y 24 horas
Desde la 1:00 am hasta las 12:00 del mediodía, los números coinciden con los del sistema de 24 horas utilizado en la mayoría de los países europeos. Ejemplo: 9:00 = 9 am
A partir de las 13:00, los números son diferentes. Un ejemplo de esto es: 14:00 = 2 pm
Un punto débil en el sistema de 12 horas es la confusión generalizada sobre la designación correcta de mediodía y medianoche, porque ninguna de las dos puede lógicamente clasificarse como ante meridiem o post meridiem.
La mayoría de las fuentes se refieren a la medianoche como 12 am. Aunque el tiempo en sí no cae en ninguna de las categorías, el período de AM comienza pasada la medianoche, desde las 00:00.
Origen AM y PM
En la Edad Media, nuestro día se dividió en dos mitades y cada una de ellas consistía en 12 horas. Esto se hizo simplemente en medio de cada día para dividir mejor el tiempo entre la luz y la oscuridad.
Para medir con mayor precisión el paso del tiempo se usó el reloj de sol. Cuando la sombra de este coincidía exactamente con el gnomon, el polo colocado centralmente en el reloj de sol, se calculaba el mediodía.
Así surgió la expresión AM: Antimeridiano y PM: Postmeridiano.
La primera sancionó la división entre las horas desde el amanecer hasta el mediodía, la segunda desde el mediodía hasta la puesta del sol.
Sin embargo este sistema tenía un fallo. La división nunca fue precisa y una división limpia en brillo y oscuridad de 12 horas nunca fue lógicamente posible, ya que las fases brillantes de un día son siempre diferentes.
En el transcurso de la Edad Media, exactamente en el siglo XVI, el antiguo método de contar se estableció una vez más, ya que era relativamente práctico.
Después de todo, más y más relojes de torre se estaban poniendo en funcionamiento en ese tiempo, anunciando con los sonidos de la campana la hora reinante. En este caso, la gente determinaba la hora exacta contando los respectivos campanazos.
Más adelante y para evitar el recuento, el sistema cambió nuevamente y después de tocar doce veces la campana, se prescindió de una decimotercera repetición. Así que se dividió en dos partes del día, saludando la primera hora después del mediodía con un solo toque de campana.
Los primeros relojes de torre públicos y accesibles a la gente no mostraban el tiempo en sí, ya que no tenían movimiento mecánico. Así que el tiempo dependía de contar los sonidos individuales, siendo más fácil contar menos números de campanadas.
