Es un sistema que no trabaja mediante combustión por lo que no produce el nocivo humo del tabaco tradicional que contiene sustancias cancerígenas. El dispositivo vaporiza líquidos que incluso, si el usuario así lo prefiere, pueden venir sin nicotina
Los cigarrillos electrónicos, también conocidos e-cigarette, e-cig o vapeadores, siguen ganando popularidad entre aquellos fumadores que buscan una alternativa más saludable o quienes empiezan a tomar medidas orientadas a minimizar o reducir completamente esta preferencia.
Aparecieron por primera vez en 2003 en China y tres años después ya tenían presencia en Estados Unidos y países europeos donde las personas comenzaron a comprar un cigarrillo electrónico por curiosidad, expandiéndose luego su uso considerablemente.
Se trata de un sistema electrónico que funciona a través del uso de una pequeña batería que calienta una solución química, llamada e-líquido, y la transforma en vapor. El dispositivo por lo general contiene un cartucho recargable siendo el más utilizado; hay algunos, no de muy frecuente uso, que son descartables.
El principal beneficio, la salud
Una de las principales ventajas del cigarrillo electrónico es que resulta significativamente más saludable que el tabaco y la razón principal es que no contiene las sustancias nocivas que el cigarrillo tradicional.
Con el uso del e-cigarrillo no se da una combustión, sino el proceso de evaporación del e-líquido, que incluso puede venir sin nicotina.
El vapor que se produce no contiene sustancias cancerígenas, de hecho los líquidos que se usan se componen de aromatizantes (hay muchas fragancias y sabores agradables disponibles como vainilla, fresa, limón, coco, entre otras), además de propilenglicol (aditivo usado en productos alimenticios y fármacos) y pueden incluir algún grado de nicotina o ninguno.
No solo el beneficio de ser más saludable viene dado para quienes lo usan, también para el entorno. A través del humo de un cigarrillo tradicional se consumen una gran parte de los no menos de 400 sustancias tóxicas y 40 cancerígenas que contiene, no sucede lo mismo con el electrónico que no trabaja mediante combustión lo que disminuye considerablemente la absorción de las sustancias que contiene tanto por quien lo utiliza como al medio ambiente.
Otras ventajas que los hacen predilectos
El cigarrillo electrónico tiene otra ventaja que lo ha popularizado y es que el ahorro de dinero. Por ser un dispositivo reusable, resulta bastante atractivo con respecto al cigarrillo convencional.
Algo que siempre se ha señalado como muy negativo para la interacción social y que provoca el cigarrillo es el mal olor que causa en la boca, las manos, la ropa y todo lo que puede tener alrededor. Con los e-cigarrettes esto se elimina debido a que no deja impregnado en el usuario ningún tipo de olor desagradable.
Muchos de quienes fuman tabaco muestran una dentadura amarillenta que de igual forma no genera una buena impresión, esto también se evita con los e-cigs.
Consumo va en aumento
El año pasado la facturación del sector de los cigarrillos electrónicos registró aumento con respecto a 2017. Cifras divulgadas a mediados de 2018 reflejaban que el ingreso era de 37 millones de euros en el primer semestre, lo que representó un alza del 28% en comparación con el mismo período del año anterior. Para esa fecha se estimaba que la facturación total del año sería de al menos 75 millones de euros.
Las estadísticas corresponden a la Unión de Promotores y Empresarios del Vapeo (UVEP) que además señala que aproximadamente siete de cada diez vapeadores han ido cambiando el humo del tabaco por el vapor. La organización señaló, también a mediados de 2018, que en España 472.500 personas utilizan cigarrillos electrónicos, una cantidad que iguala a la población total de Murcia.
Un sector de la población en el que se ha dado además una incidencia en el uso de este dispositivo es el de los jóvenes, quienes son más curiosos en cuanto a los diseños y sabores que ofrece el cigarrillo electrónico, y también los adultos quienes buscan la manera de cuidar su salud o erradicar la adicción al cigarrillo tradicional.
