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Comer sano también es comer alimentos congelados de calidad

In Salud
marzo 11, 2019

Antaño considerados productos poco saludables o productos a evitar; actualmente los alimentos congelados han avanzado hasta niveles de casi equiparación al fresco en cuanto a calidad y sabor.

Considerados sinónimo de mala comida o de sabor dudoso, hoy en día los expertos en nutrición e incluso los chefs más afamados, no solamente contradicen esta afirmación, sino que además destacan sus grandes virtudes gastronómicas y nutricionales.

Congelado sí puede ser sinónimo de comer bien

Los productos frescos poseen el encanto de la cercanía, del proveedor, del mercado. Sin embargo, desde el punto de vista nutricional o de sabor, no tienen por qué distinguirse de uno congelado. El congelado, es más, tiene la virtud de ser menos perecedero, tener menor precio e incluso su sabor puede estar garantizado pues, al congelarse rápidamente, guarda sus propiedades y punto exacto hasta el momento del consumo.

Y es que la técnica que utilizan es la llamada ultracongelación. Este nombre, que puede sonar a películas de ciencia ficción (no está tan lejos de la alta tecnología), es en realidad un proceso complejo pero sencillo. Consiste en congelar el producto a menos de 40º C. Esto facilita que el producto sea mantenido como recién hecho, recién recolectado, recién pescado, etc. Es, aunque parezca mentira, el proceso que más asegura que algo va de la naturaleza a tu mesa, y las propiedades de sabor y nutricionales se mantienen intactas hasta su uso, “suspendidas”.

Entre las ventajas de los productos congelados, están el ahorro de dinero pero también el de tiempo. Este último es menos medible, pero igual de importante. Incluso el más novato en esto de la cocina podrá disfrutar de un plato bien hecho relativamente rápido y manchando poco. Atrás queda el tópico de solteros o divorciados descongelando comida basura; cada vez más familias hacen uso de ese beneficio que nos trae las nuevas tecnologías. Por si fuera poco, la variedad de platos y las posibilidades de cocinado (la mayoría ya admiten múltiples posibilidades para cocinar un mismo producto: horno, microondas, directamente sartén, descongelar), hacen de esta opción una opción para nuestro mundo de hoy sin sentir que perdemos calidad.

Evidentemente, todo esto se hace mediante las condiciones higiénicas y sanitarias pertinentes. Si bien cada usuario en su hogar puede hacer lo propio con sus comidas sobrantes, pescados frescos, etc., el proceso no será lo mismo pues nuestros frigoríficos, aun siendo buenos, pueden tener problemas para congelaciones de larga duración.

No valen todos los congelados

Sin embargo, para poder gozar de todos estos beneficios, y como en tantos otros órdenes de la vida, no vale cualquier marca, cualquier empresa o cualquier tienda. Si bien es cierto que hemos de suponer que cualquiera dedicado a la venta de productos congelados lo hace con todos los permisos y garantías legales, la profesionalidad de cada uno, así como la calidad de su materia marca la diferencia. Hay una diferencia notable entre productos congelados de baja calidad y los congelados de alta calidad: sabor, niveles de sal, de añadidos químicos, momento del procesado, etc.

Ejemplo de buenos productos congelados son los que ofrece, por ejemplo, la empresa Manumar, referente de la Comunidad Valenciana, que distribuye todos los productos de Anedilco, líder nacional de congelados de calidad. Al contemplar, como usuario, que hablamos de empresas de varias décadas de servicio, al menos nos aseguramos experiencia y un amplio catálogo. No significa que por ser veterana tenga que ser buena, pero en temas como la salud o la alimentación la experiencia y los años sí son un grado.

Así, el usuario se asegura que puede encontrar ofertas y promociones, pero también marcas de prestigio. Un amplio catálogo nos asegura variedad y, por qué no, diversión. ¿Nos apetece sushi o sashimi como si estuviéramos en Japón y degustar cuando queramos Unagi kabayaki? ¿Quizá somos más de carne y nos decantamos por un Ooki tori con su salsa teriyaki incluida? ¿Y una rainbow cake americana con seis capas de color y con relleno de crema de violetas? O seguimos viajando por Norteamérica, esta vez a los Estados Unidos mexicanos y nos hacemos con unos Nachos originales listos para untar en cualquier momento. O puede que no, que somos muy patriotas, nos hacemos con un preparado de alta calidad de paellas o fideuà y nos sentimos maestro arrocero por un día.

Estos ejemplos no son ninguna broma, y las opciones siguen y siguen, no solo del producto en su concepción más básica (pescado, carne), sino también preparados como los que se acaban de narrar, incluyendo pizzas o masas de pizza y un largo etcétera que, ojo, utilizan cadenas de alimentación y restauración de primer orden.

Lo importante, por tanto, al adquirir un producto ultracongelado, es comprar uno de calidad, donde el supuesto pagar más merece después la pena desde el punto de vista nutricional y de sabor, como también asegurarnos que no se haya roto la cadena de frío (o no la rompamos nosotros durante el proceso de transporte o traslado a nuestro hogar). La seguridad, como en cualquier otro producto alimenticio, es esencial, y una buena marca y un buen distribuidor con prestigio y fama lo aseguran.

Por otro lado, de nada sirve estos placeres congelados si luego el consumidor no sabe prepararlos, perdiendo toda la calidad de un producto congelado de alto nivel. Aunque suelen venir en sus instrucciones o el vendedor nos la explica gustosamente, tener en cuenta detalles como hacerlo dentro de la nevera, no recongelar (excepto si el producto era sin cocinar y ahora lo hemos cocinado), así como conocer cuánto tiempo lleva el producto en nuestro congelador (la fecha de caducidad o consumir preferentemente).

Como vemos, los mitos son eso, mitos. Si bien es cierto que no vale cualquier producto congelado y que debemos acudir a empresas de categoría que trabajen con variedad y calidad, algo sí es real: los productos congelados son productos seguros, sanos y que mantienen las propiedades y el sabor igual que incluso uno fresco.