Es bien sabido que en la actualidad el mundo está siendo azotado por la que parece ser la mayor crisis de la edad moderna. El coronavirus vino a romper la estabilidad en la que estaba sumergida toda sociedad.
Los arrendamientos urbanos serán los más afectados por los impagos, apenas se levante la cuarentena. De eso no cabe duda, ya que allí es donde están las industrias que más mueven a todo país y, además, las más afectadas. Según Cobratis, estos son los sectores que se prevén como los más vulnerables a impagos catastróficos: automovilístico, inmobiliario, construcción, distribución y suministros hosteleros. Estas son consecuencias de todo el panorama que se ha estado gestando por el Covid-19.
El panorama económico a nivel global
La enfermedad en sí misma fue el primer episodio que dejó a cada país buscando la manera de que no entrara a su territorio. Después la prevención dio paso a las famosas cuarentenas y a medidas cautelares que en su mayoría no fueron acatada por la población global, a falta de tomar en serio la situación. Esto dio paso a una propagación de la enfermedad que solo se pudo comparar con la influenza, y el miedo comenzó a hacer mella en la gente.
Si bien la enfermedad es el factor causante de raíz, no se trata del que desencadenó una serie de acciones que llevarían a la población mundial a tomar otras medidas. El pánico generó un desequilibrio en el tercer sector de la economía de cada país, logrando un desabastecimiento y una inflación generalizados, a tal punto que siquiera las regiones más fuertes se pudieron librar. Hubo una devaluación de cada moneda latinoamericana y ni el euro se salvó de perder poder frente al dólar. En el caso de USA, los insumos de primera necesidad llegaron a tener hasta un 150% de su valor.
A este escenario tan desolador, hay que sumarle medidas que decidieron tomar algunos Estados: detener toda actividad laboral, despidos masivos, inamovilidad laboral sin suspensión de sueldos, trabajo remoto, educación a distancia, aprobación de materias sin presentar evaluaciones, pago de nómina sin producción de la empresa, ayudas económicas equivalentes a un sueldo mínimo, repartición de víveres de forma gratuita, flexibilidad en los pagos de créditos e hipotecas, etc.
Todas estas medidas económicas han servido para aliviar la angustia de la gente. Sin embargo, no son una solución. Incluso en algunos aspectos, se ha llegado a agravar la situación mundial, solo que las consecuencias no han sido visibles aún. Además, cabe destacar que no son todos los países los que tienen estas medidas y variarán dependiendo de las decisiones de cada Estado. Es decir, cada caso hay que evaluarlo por separado, para hacer un análisis global de la economía nacional.
Las reacciones de la gente ante la cuarentena
Las personas han tenido reacciones fuera de lo común, ya que la situación ha desbalanceado toda cotidianidad. El no tener la libertad de salir de casa a voluntad, bien sea por estar bajo un horario, ciertas condiciones o su prohibición absoluta, es un factor que incide fuertemente en la depresión. Sobre todo aquellos países donde hay invierno, es recomendado salir al aire libre.
Esto ha llevado a que las personas inventen formas de no acatar la cuarentena. Para bien mental o para mal de la seguridad de los demás, la salida a las calles es algo que se está viendo cada vez en mayor medida. Además, hay que ver que en Latinoamérica, por ejemplo, al menos el 40% de la economía es informal, por lo que los trabajadores informales no están protegidos ante las medidas cautelares que se han tomado. En Italia ocurre algo similar. Salir se ha vuelto una opción para la supervivencia de la economía familiar.
Las incidencias en la economía familiar
Durante la cuarentena, gracias a un desabastecimiento generalizado, causado por el pánico y por la la pausa de las industrias, han llevado a la gente a tratar de adquirir más y más productos. Con la suspensión de sueldos, lo que ha quedado ha sido pedir préstamos. Si bien se ha hecho una educación de alto alcance en Internet sobre el uso responsable de los préstamos durante esta época, ha sido algo inevitable para las familias que no están protegidas. Esta es solo una cara de la moneda.
Aquellos que no han tenido problemas con los préstamos, los van a tener. La flexibilización del pago de deudas anteriores fue un alivio. Sin embargo, el levantamiento de la cuarentena que se estima para mayo implica comenzar con los pagos. Ante la falta de ingresos, las familias ha tenido que disponer del dinero destinado a las deudas a satisfacer sus necesidades básicas. Es aquí donde se ve que las medidas tomadas por los Estados no fueron contempladas para un largo plazo y el impacto financiero del hogar.
Rentadnprotect estima que con el levantamiento de la cuarentena, los impagos alcanzarán un máximo histórico nunca antes visto. Sencillamente no hay cómo pagar y la producción apenas comenzará de nuevo. Falta un largo trecho para reactivar la economía y que las finanzas familiares y empresariales se estabilicen lo suficiente, y aún queda afrontar las deudas.
El problema más grave no es el sanitario, por lo que se está viendo. Se trata de lo económico, que afecta al 100% de la población mundial y a toda la estructura y la superestructuras en las que está basada la sociedad actual. Las consecuencias apenas son visibles en este momento, y aún no es posible siquiera calcular por asomo el desempleo masivo que va a venir a continuación.