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La serigrafía como elemento central del branding

In Sociedad
septiembre 03, 2020

El branding es todo el proceso que implica la construcción de una marca y su imagen, incluyendo su identidad corporativa. Durante toda la historia de la publicidad, la relevancia del branding ha sido fundamental, aunque hubiera un tiempo en que este proceso no se denominara como tal.

Todos asociamos de manera inmediata un tipo de tipografía, unos mensajes, unos giggles… a determinadas marcas o empresas. El branding va más allá, porque es todo eso sumado a elementos tangibles e intangibles que permiten asociar una empresa a determinados comportamientos, recuerdos e incluso formas de hacer las cosas.

El branding es imprescindible para dar a conocer la marca, atraer clientes, pero sobre todo para fidelizarlos y generar engagement, es decir, conseguir que ellos sean los primeros embajadores de la empresa y actúen como comerciales.

Entrar en el imaginario de los consumidores

Llamamos branding a todo este proceso que ayuda a crear expectativas entre los clientes, ya sean tangibles o intangibles. Y todo este fenómeno debe ser cuidadamente diseñado y desarrollado para alcanzar buenos resultados.

Los elementos tangibles son, por ejemplo, el aspecto de las personas que trabajan en las empresas. Los empleados son la cara visible de la compañía y a través de ellas los consumidores pueden conocer cómo es esa marca para, a partir de ahí, confiar en ella. Los empleados, por tanto, deben expandir los valores de la empresa y sentirse cómodo con ellos.

En este sentido, pocos métodos son tan eficaces de cara a conseguir que los clientes recuerden la marca y sus valores que la serigrafía. Esta técnica se remonta a la Antigüedad, cuando ya se reproducían textos y creaciones comunicativas de forma artesanal tallando piedras.

Su evolución con el paso de los siglos llevó a emplear hojas y fibras vegetales y de ahí a incorporar productos sintéticos de mayor durabilidad y rentabilidad. La serigrafía es, por su peso histórico y por su importancia actual en el mundo de la publicidad, una técnica imprescindible en las artes gráficas.

Hoy en día podemos serigrafiar todo tipo de objetos y con todo tipo de productos. La serigrafía en vidrio, por ejemplo, es de gran utilidad para el mundo de la hostelería, pues afianza ese concepto tan importante del branding y la imagen de marca.

Diseños cuidados y bien planificados de vasos o botellas, por poner dos ejemplos comunes de productos elaborados a partir de vidrio, pueden hacer que una empresa sea más fácilmente recordable por los clientes. Y si además estos productos se entregan como obsequios promocionales, el índice de aceptación entre los consumidores.

¿Cuáles son los usos de la serigrafía?

La serigrafía como técnica destaca por su versatilidad de usos. Muchas empresas la utilizan para crear su propio material corporativa, de modo que es habitual ver camisetas, etiquetas y distintivos sobre recipientes de cristal o plástico. Además, es también muy popular la elaboración de artículos aplicados a la mercadotecnia: pendrives, llaveros, lapiceros… En Tintasgreis podemos conocer con más detalle qué resultados es posible obtener con la serigrafía.

Si vamos un paso más allá, esta técnica también tiene cabida en el diseño industrial y la decoración, pues se pueden serigrafiar superficies de madera, muebles, rotular vehículos o formatos publicitarios de gran tamaño.

La clave radica en sacar partido de esta técnica para ampliar entre los clientes el conocimiento de la marca. Así, la serigrafía en el ámbito laboral, por ejemplo, es garantía de mejor imagen de marca y mayor grado de profesionalidad, pero también es aconsejable para destacar frente a la competencia.

El branding corporativo a través de diferentes métodos de impresión

La serigrafía es solo una técnica de impresión más que puede resultar útil en ese intento de hacer recordar la marca por parte del cliente. Consiste básicamente en imprimir colores planos para que la imagen en cuestión, ya sea el logo de la marca, un emblema o un leitmotiv, queden adheridas por completo a la superficie. Además, es válida para todo tipo de sectores de actividad, desde la industria al comercio pasando por la hostelería y cualquier otro ecosistema que planteemos.

A la serigrafía se le unen el bordado, la impresión digital o el grabado. Todas ellas son diferentes en cuanto a la tecnología a utilizar, pero la finalidad es la misma. En el caso del grabado, por ejemplo, la práctica consiste en troquelar con láser materiales como la madera o el metal.

Si acudimos al bordado, lo habitual es seleccionarla únicamente para usos interiores, pues una amplia exposición a condiciones meteorológicas adversas puede hacer reducir su visibilidad y su acabado estética.

Todas estas técnicas deben ser tenidas en cuenta por las empresas para hacer llegar su imagen a los clientes y que esta queda retenida en su imaginario. Obviamente, todo esto solo será efectivo si la promoción se completa con un cuidado trabajo de branding, algo que implica un modo decidido de hacer las cosas, de presentar los productos, tratar a los clientes y presentarse ante los consumidores para diferenciarse de la competencia.

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.