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¿Cuántos tipos de balones gástricos existen?

In Salud
diciembre 29, 2020

Se trata de un tratamiento que cada vez es más frecuente entre aquellos que presentan problemas de obesidad, para evitar mayores problemas de salud y, de esta forma, mejorar su forma de vida y obtener los resultados deseados.

Según los últimos datos que han publicado las autoridades sanitarias, un gran porcentaje de la población española presenta en la actualidad problemas de obesidad o sobrepeso. Si bien es cierto existen técnicas tradicionales para adelgazar, hay que tener en cuenta que este tipo de problemas se pueden agravar bastante, llegando a complicarse en muchos casos. Precisamente como tratamiento alternativo y eficaz a todo esto, hoy en día muchos especialistas recomiendan el uso de un balón gástrico para reducir notablemente el peso en estas personas. Se trata de una técnica que ha demostrado su eficacia frente a otras, siendo además un tratamiento innovador que se presenta como sustituto a las operaciones de cirugía de antaño. 

El uso de un balón gástrico no es doloroso, a la par que no necesita que el paciente sea hospitalizado para su colocación. En cualquier caso, aunque el sistema ofrece resultados de por sí, es importante que los expertos lleven a cabo un seguimiento del paciente en todo momento, al igual que se establezca una dieta nutricional adecuada en cada caso. Precisamente por ello, también es importante conocer qué tipos de balones gástricos existen, ya que cada uno de ellos presenta unas características específicas y puede ser más o menos eficaz, según el paciente.

Ingerible

El balon gastrico en pildora es uno de los tratamientos más innovadores de los últimos tiempos, ya que está aportando muy buenos resultados. En este caso, no se necesita cirugía para colocar el aparato, ni tampoco anestesia ni endoscopia. Simplemente, se instala en el estómago de la persona afectada y, en poco tiempo y de manera cómoda, puede perder peso reduciendo notablemente su volumen. El objetivo es claro, hacer que los pacientes no tengan tanta hambre y, cuando coman, llenen el estómago más rápidamente. 

La mayor comodidad de este formato es que el usuario debe ingerir el balón gástrico, que viene en formato de cápsula y, una vez que llega al estómago, este es llenado con un líquido específico. Habitualmente, los expertos aconsejan su uso durante unos 4 meses, aunque en todo momento el paciente contará con un seguimiento y asesoramiento por parte de los especialistas. 

Intragástrico

Es el tipo de balón que se ha utilizado en mayor medida hasta ahora. Se presenta como un aparato con forma esférica fabricado con material de silicona, de gran resistencia y durabilidad, lo normal es que esté en el estómago del paciente durante 6 meses, aproximadamente. En el momento de introducirlo, el balón está vacío y, posteriormente, se llena poco a poco con un compuesto de suero salino. También es un proceso que no necesita cirugía, utilizando para ello un endoscopio. 

Generalmente, este tipo de balón es utilizado para aquellos que quieren perder peso, no más de 25 kilos producidos por obesidad. También es común para las mujeres que han aumentado sus kilos tras el parto o por menopausia, al igual que para pacientes con problemas alimenticios, emocionales o por causa de lesiones.

Secuencial

Al igual que ocurre con el anterior, en este caso el balón gástrico también se inserta con el endoscopio y es un tratamiento más duradero, pudiendo permanecer el balón en el estómago del paciente durante un año. Es un proceso en el que se insertan dos balones gradualmente, para que el paciente tenga más tiempo para poder quitarse esos kilos que le sobran y poder tener una vida más saludable en el futuro. Lo habitual es añadir el primer balón lleno de suero y, pasados 6 meses, sustituirlo por el segundo.

Anatómico

El formato de este tratamiento es igual al del balón gástrico clásico, sin embargo, tiene un añadido y es que permite el poder tener este aparato en el estómago de manera ininterrumpida, durante 12 meses. Se trata de un dispositivo de mayor resistencia y suele ser el que menos intolerancias provoca, ya que es muy adaptable a cualquier estómago.