No es fácil contestar la pregunta. Ciertamente hay pros y contras para todo, pero en este campo, la verdad, es que los pros dejan más que obsoletos a quienes se resisten a automatizar en las fábricas algunos de los procesos que aportan valor.
Tradicionalmente las fábricas contaban con personal que, con trabajo manual, sacaba adelante una producción que servía no solo a la provincia desde la que se trabajaba sino a nivel nacional. Sin embargo, según han ido pasando las décadas, las fábricas tienen un componente internacional que requiere de unos procesos distintos para dar cobertura.
La globalización ha hecho que fábricas que se encontraban en un país pudieran vender sus producciones más allá de las fronteras y, para cubrir toda esa demanda, se hizo necesario automatizar ciertos procesos. Es por ello que hoy en día hay cada vez más empresas que ofrecen soluciones de automatización sostenibles como puede ser Endress+Hauser.
España cuenta con una de las industrias gastronómicas más importantes: la vitivinícola y la oleosa.
Los distintos vinos son los que han marcado, también, parte de la cultura que se exporta al extranjero desde el corazón mismo de las zonas de vid que se reparten por todo nuestro país.
Tanto es así que nuestro país es el primer productor de vino del mundo con más del 13% de la superficie de vides productoras, capaces de poner en el mercado más de 44 millones de hectolitros de vinos en las bodegas, donde complejos procesos que pasan por la medición de nivel, envasado, etiquetado y empaquetado para poder luego no solo abastecer al mercado nacional, sino también internacional con más de 3000 bodegas preparando envíos que llegan a cualquier rincón del planeta el sabor de los frutos de la tierra española.
Muchas bodegas coinciden en que no se puede imaginar hoy en día una industria como esta sin tener automatizada gran parte de sus procesos. Sería inviable para suplir siquiera la demanda de los mismos en el mercado. Gracias a esta apuesta no solo se consiguen optimizar plazos y gastos sino que se consigue unificar y asegurar ciertas garantías de salubridad añadidas.
La automatización también de la logística del sector vitivinícola ha sido clave para que las bodegas puedan llevar su producción a más de 50 países que importan. “Si una bodega pretende crecer e incrementar su facturación y presencia en el mercado no puede hacerlo sin cumplir con la inversión en automatización. Es imposible. Se trata de optimizar los plazos de envasado, la calidad del mismo y el esfuerzo que requiere” explican.
El envasado y almacenaje es clave para que las naves desde las que se gestionan los envíos tengan la logística adecuada para poder dar salida constante al producto cuando llega el momento. “Es la forma además de exportar cultura. El vino ha formado parte desde la época romana de nuestra tradición y saber que en cualquier rincón del mundo se descorcha una botella española es algo que nos hace grandes en ese mercado”.