Las inclemencias meteorológicas de estos meses, y ante la llegada de la borrasca Filomena, han hecho que muchas ciudades en España estén sufriendo grandes lluvias y nevadas, siendo Valencia una de las localidades más dañadas desde el pasado mes de noviembre.
Todo el mundo sabe que en los meses de invierno las inclemencias meteorológicas son más acusadas, y en este año que comienza, no va a ser menos. Si bien es cierto que en España se mantuvo un tiempo agradable hasta bien entrado noviembre, hay que decir que en los últimos días de este mes, ya se empezaron a sufrir lluvia y chubascos de gran calibre, haciendo daño a un gran número de localidades. Esta situación ha ido empeorando a medida que se acercaba el 2021, y ahora, en estos primeros días de enero, España da la bienvenida a una nueva borrasca que ha sido bautizada como Filomena. Una borrasca de grandes dimensiones que está dejando fuertes lluvias, nevadas y temperaturas muy bajas en numerosos rincones del territorio nacional.
A pesar de que todo esto está ocurriendo ahora mismo, hay que decir que ya llevaba un tiempo con cambios en la climatología. Precisamente, Valencia sufría un gran chubasco el pasado mes de noviembre que dejó numerosos daños en la localidad. Tal fue su magnitud que muchos medios locales y nacionales se hacían eco de la noticia, con titulares como “Valencia sufre el segundo mayor chubasco en cuarenta años”. La ciudad costera se levantó una mañana de noviembre con una tormenta enorme que inundó gran parte de la localidad, por lo que zonas tan conocidas como el Jardín del Turia o el Marítimo quedaron totalmente desoladas.
Además de todo ello, en la capital también se vivieron otros momentos complicados, puesto que muchas de las zonas quedaron cerradas e incomunicadas. De esta forma, un gran número de túneles tuvieron que cortarse a causa de las lluvias, al igual que otras vías y calles, que no podían transitarse. Tal fue la magnitud del chubasco, que el antiguo cauce del río Turia, volvió a tener agua en esos momentos.
Cantidad de agua por metro cuadrado
En aquel momento, lo que parecía un chubasco aislado se convirtió en uno de los peores episodios de lluvias torrenciales de los últimos años. Lo cierto es que los expertos contabilizaron más de 60 litros por metro cuadrado en tan solo una hora, y en un par de días, la cifra ascendió a 160 litros por metro cuadrado. De esta forma, la mayor parte de la ciudad quedaba impracticable.
Como era de esperar, el distrito del Marítimo fue la zona más afectada, teniendo en cuenta que muchas de sus calles principales, como Cavite o Ibiza, estaban inundadas, donde entraban litros de agua por cada segundo. Tanto es así que muchos de los garajes subterráneos, tanto públicos como privados, se asemejaban más a una piscina; y en algunos solares de la Malvarrosa o la avenida Baleares, la lluvia fue bastante intensa.
Los bomberos al rescate
Como no podía ser de otra manera, una situación como esta provocó que los bomberos tuvieran que llevar a cabo numerosos rescates a lo largo del día. Precisamente en la zona del Marítimo, muchas personas quedaron atrapadas y hubo grandes atascos en grandes vías, como Cataluña, Primado Reig o Ramón y Cajal, entre otras. Las lluvias, que se hicieron más intensas a medida que pasaban los minutos, fue la responsable de que numerosos conductores abandonaran sus vehículos y se dirigieran hacia un lugar seguro, ya que el agua llegaba con fuerza. Tanto fue así, que algunos de estos coches quedaron a la intemperie y terminaron por ser arrastrados por la fuerte corriente.
Por otro lado, algunas de estas personas quedaron atrapadas en los vehículos, haciendo que los bomberos tuvieran que ir al rescate, aunque no fueron las únicas, ya que estos profesionales realizaron más de 100 salidas en este día.
Datos importantes desde el Ciclo Integral del Agua
Según los datos que aportó en aquellos momentos el Ciclo Integral del Agua, además de la capital, otras localidades también se vieron afectadas. De esta manera, en El Saler se registraron alrededor de 250 litros de agua por metro cuadrado, mientras que en Perellonet fueron algo más de 200, y en Cabanyal rondaron los 165 litros.
En cualquier caso, y a pesar de estos números, las cifras se apaciguaron conforme pasaron las siguientes horas y, en unas 20 horas, Valencia volvió a la normalidad. Si bien es cierto, las lluvias continuaron en los siguientes días, afectando a otras provincias cercanas, como fue el caso de Castellón.
¿Cómo se logró vencer esta situación?
Teniendo en cuenta los momentos vividos en Valencia en ese día, toda ayuda fue poca y los bomberos tuvieron que realizar una gran labor para que no hubiera un desastre de mayor magnitud. El achique de agua fue una de las principales tareas, para lo que se tuvo que contar con personas colaboradoras y empresas especializadas. No hay que olvidar que estas lluvias, además de desperfectos, provocaron grandes atascos en muchas zonas de la ciudad, y precisamente por ello, se contrataron los servicios de expertos profesionales con el fin de evitar mayores inundaciones.
Estas tareas se llevaron a cabo en un tiempo récord, con herramientas y maquinaria adecuadas, para poder sacar el agua que se había quedado estancada en zonas principalmente subterráneas, a lo que se sumó el trabajo de los operadores y expertos del sector, contando con la ayuda de bomberos y otros colaboradores.
Bombas perfectamente equipadas
Con el objetivo de achicar el agua en las zonas afectadas, en el menor tiempo posible, se utilizaron bombas equipadas para este fin. Un sistema que sirve para poder evacuar el agua que dejan las lluvias torrenciales, rápidamente y evitando que lleguen a males mayores. Estos aparatos tienen la capacidad de eliminar miles de litros de agua en tan solo una hora, junto con las mangueras. También se utilizaron camiones cuba para contar con la mayor efectividad posible, ya que el objetivo era hacer que las zonas volvieran a tener su aspecto de siempre, con la mayor seguridad y sin ocasionar daños materiales ni personales.