El Barcelona de Xavi encara un futuro más que interesante

In Sociedad
febrero 11, 2022

En una de las ligas más raras del año, el FC Barcelona está demostrando que es un equipo muy distinto al que era, pero también muy distinto al resto de la competencia. El club deportivo blaugrana ha pasado de ser una de las puntas de lanza de la tabla de clasificaciones a pujar por intentar entrar en el podio tras una temporada bastante turbulenta, un mercado de fichajes de lo más extraño y una estrategia de juego que sorprende a propios y extraños.

La situación del equipo y la directiva, no obstante, parece mucho más férrea de lo que dicen muchos titulares. La situación entre Xavi Hernández y Dembélé, por otra parte, sí que resulta tan clara como aparenta. La marcha del jugador a final de temporada tras su negativa a renovar fue la guinda sobre el pastel que el entrenador necesitaba para relegarlo al ostracismo. Ousmane Dembélé lleva en el banquillo más minutos de lo que habría imaginado, y no parece que la situación vaya a cambiar.

Un Barcelona que camino despacio, pero sin frenar

Los empates son, sin duda, una de las firmas más características del Barça en la temporada 2021-2022. Lejos quedó aquel conjunto que arrasaba la portería rival y defendía con garra. Muchas voces señalan que la herida de muerte fue la marcha de Messi, retrasada con un sobrecoste brutal para el club. Una despedida que hizo al conjunto perder a su delantero estrella y, al parecer, una buena millonada de euros de las arcas.

Pero eso son dimes y diretes. Bien es cierto que, cuando Laporta entró al barcelona fc, se encontró una situación que, de haberse dado en una empresa más común, habría llevado al cierre absoluto. Sin embargo, la directiva ha estado moviendo ficha y ampliando negociaciones para generar muchos ingresos mediante los patrocinios de su estadio y su camiseta. Así, nombres como Spotify y su inyección de 225 millones de euros sobrevuelan al conjunto que, por otra parte, puede hacer 75 millones de euros al año con prácticamente 20 de ellos siendo solo gracias a su campo, el Camp Nou.

La reestructuración y la nueva estrategia harán que el Barcelona pueda ganar más de 200 millones de euros a partir del 2026. Es cierto que gran parte de esa suma irá a compensar la deuda acumulada por el equipo, pero el resto se queda en sus bolsillos. De este modo, aunque queden todavía cuatro años para alcanzar las cifras objetivo, el futuro pinta muy bien para el conjunto en lo económico. Gracias a eso, sobre todo, y con su permanencia en la Primera División, podrá asegurarse los fichajes que necesita para reforzar una plantilla que está dando poco a poco los pasos que necesita.

Porque por una parte está la cara del negocio, pero por otra está la del equipo. La llegada de Xavi Hernández, exjugador del Barcelona, ha sido uno de los pasos más importantes que el club ha dado en este último y convulso lustro. El entrenador ha cambiado la filosofía de juego, ha cambiado la estructura del equipo y, en definitiva, lo ha puesto todo patas arriba. Pero tiene claro el motivo: el juego de antes ya no funciona, el Barcelona debe jugar una nueva forma de fútbol, debe tener su propio sistema.

El sello Xavi Hernández

Lleva poco tiempo en el conjunto. De hecho, no fue hasta finales de 2021 cuando Hernández pasó a dirigir al primer equipo de Barcelona. La rápida marcha de Koeman le sirvió un puente dorado a la capital catalana, aunque para ello hacía falta rematar ciertas negociaciones con su antiguo equipo en Catar. El resultado tardó poco en hacerse notar. Con su llegada, Xavi comenzó por cambiar parte del vestuario tanto a nivel de juego como de personal. ¿La prueba? Prescindir tanto del hasta entonces preparador físico y del jefe de fisioterapia.

Si algo vio el míster era que el Barcelona perdía fuerza por segundos en la entrada de cualquier segunda parte. Las lesiones y la falta de preparación física eran las responsables desde su punto de vista, así que decidió reforzar ambos frentes con un cambio de personal para garantizar mejores resultados. Algo más que necesario, sobre todo teniendo en cuenta que el club llegó a tener a más de 10 lesionados de cara a un encuentro.

Un conjunto más sano, con más fondo y más capacidad para aguantar los 90 minutos. Ahí está una de las claves del sello Xavi en el Barcelona. Por otra parte, su sistema de juego difiere mucho al que planteaba Koeman. Si bien es cierto que las contras y las jugadas a balón parada siguen siendo su mayor talón de Aquiles (la mayoría de goles encajados desde su llegada han sido así), también lo es que su Barça es mucho más camaleónico, más capaz de adaptarse a la situación del balón en el campo.

Algo que se nota en un equipo que se mueve mucho más compacto en el campo, con una defensa más elevada y una delantera algo más baja. Es una estrategia ideada para facilitar la recuperación y poder llevar más el juego al campo rival, que prácticamente define un sistema que cambia al vuelo en base a la posesión del balón. Si tienen posesión, refuerzan el centro del campo con un jugador más; si no, suman a la línea defensiva para cerrar frentes.

Un largo camino por delante

Aun con este cambio de estrategia, marcado también por el énfasis en los ataques por bandas y la triple presión para agilizar la recuperación del balón, el conjunto todavía tiene mucho que hacer. Es fácil afirmar que el Barça de 2022 no es, ni de lejos, el del Barcelona de los Tripletes; pero está asentando las bases para renacer como un equipo totalmente nuevo, con un claro enfoque de juego orquestado por el que fuera, precisamente, uno de sus jugadores más importantes.

Las cosas de palacio van despacio, y el conjunto culé está reconstruyéndose en una estrategia a medio y largo plazo que poco a poco va dando sus frutos.

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Escritor profesional, autor de novela, cuentos y relatos, algunos premiados. Columnista en diversos medios. Creador de contenidos, redactor y copywriter.