Gazprom, el gigante energético ruso, ha anunciado un nuevo récord en las entregas de gas a China a través del gasoducto Power of Siberia. En un comunicado emitido el pasado domingo, la compañía informó que el 7 de diciembre se superó la cantidad planificada de exportación a solicitud de las autoridades chinas, marcando la octava vez que se establece un nuevo récord diario desde el inicio del año.
De acuerdo con los compromisos establecidos en un contrato bilateral a largo plazo, Rusia se ha comprometido a suministrar 38 mil millones de metros cúbicos de gas anuales a China a partir de 2025. Sin embargo, Gazprom espera que para finales de 2024 las entregas a China superen las obligaciones contractuales anuales, alcanzando así el volumen máximo del gasoducto un mes antes de lo previsto.
Cooperación energética entre Rusia y China
El CEO de Gazprom, Aleksey Miller, destacó la creciente demanda de gas ruso en el mercado chino y la importancia del gas ruso para asegurar un suministro energético estable para la economía china. «Los contratos a largo plazo entre Gazprom y CNPC refuerzan las relaciones de buena vecindad entre nuestros países», afirmó Miller, subrayando la colaboración mutua que se ha consolidado en este ámbito.
Actualmente, la mayor parte del gas que China recibe de Rusia proviene de este mega gasoducto, conocido como la Ruta Oriental, que comenzó a operar parcialmente en diciembre de 2019. Este proyecto incluye el gasoducto Power of Siberia, que se extiende 3,000 km en territorio ruso, y una sección en China que totaliza 5,111 km.
Este acuerdo, que forma parte de un contrato de 400 mil millones de dólares firmado en mayo de 2014 entre Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC), ha adquirido una nueva dimensión tras la reorientación de las exportaciones energéticas rusas hacia Asia, consecuencia de la pérdida de compradores en la Unión Europea tras el conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas por Occidente.
En este contexto, la colaboración energética no solo representa una oportunidad para Rusia de diversificar sus mercados, sino que también reafirma la importancia de las relaciones bilaterales entre Moscú y Pekín en un mundo donde las dinámicas geopolíticas están en constante cambio.
