Las famosas zapatillas de rubí de Judy Garland, icónicas por su aparición en la película «El mago de Oz», han alcanzado un precio récord de 30,5 millones de euros en una subasta reciente. Este evento no solo marca un hito en la historia de las subastas de objetos de cine, sino que también destaca la creciente fascinación por el coleccionismo de memorabilia cinematográfica.
Los zapatos, que se han convertido en un símbolo duradero de la cultura popular, fueron vendidos en una subasta organizada por la casa Bonhams en Nueva York. Esta venta ha superado todas las expectativas, dado que se estimaba que las zapatillas se venderían por un precio considerablemente inferior. El interés por este artículo es testimonio de su importancia no solo como un objeto de colección, sino también como un icono cultural que ha perdurado a lo largo de las décadas.
El par subastado es uno de los pocos que aún se conservan de los seis que se fabricaron para la película de 1939. A lo largo de los años, estos zapatos han sido objeto de diversas exposiciones y han atraído la atención de aficionados y críticos por igual. La película «El mago de Oz», basada en la novela de L. Frank Baum, sigue siendo un pilar del cine estadounidense y ha influido en generaciones de cineastas y artistas.
El alto precio alcanzado en la subasta también refleja el creciente interés por los artículos de colección de la era dorada de Hollywood. Coleccionistas de todo el mundo están dispuestos a invertir sumas importantes por objetos que simbolizan momentos clave en la historia del cine. Este fenómeno no es exclusivo de las zapatillas de rubí; otros objetos relacionados con películas clásicas han visto incrementos significativos en su valor en el mercado.
La venta de las zapatillas de Judy Garland se suma a una serie de subastas exitosas de memorabilia de cine que han tenido lugar en los últimos años, lo que sugiere que el interés por el coleccionismo de este tipo de artículos seguirá en aumento. Sin duda, estos zapatos no solo representan un fragmento de la historia del cine, sino que también son un recordatorio de la conexión emocional que muchos tienen con las películas que han marcado sus vidas.
