Cuando se habla de patinaje artístico en España, es inevitable mencionar a Javier Fernández. Este madrileño, nacido en 1991, ha sido un referente en el deporte, logrando despertar el interés por el patinaje entre las nuevas generaciones. Con un palmarés impresionante que incluye siete campeonatos de Europa, dos títulos mundiales y una medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018, su legado va más allá de los trofeos y medallas. En sus propias palabras, el patinaje es un deporte especial, que combina el esfuerzo físico con el arte y la música.
Recientemente, Fernández visitó la pista de hielo de la plaza de Colón en Madrid, que lleva su nombre, para seguir reivindicando la importancia de este deporte. En un encuentro con El Periódico de España, reflexionó sobre su trayectoria, su vida alejada de las competiciones y su papel como embajador del patinaje, un deporte que, aunque todavía considerado minoritario, está en crecimiento en España. El evento también tuvo un componente solidario, ya que un porcentaje de la recaudación se destinará a la organización Down España.
Reivindicando el patinaje artístico
Al comenzar su carrera, Javier Fernández se encontró con un deporte poco reconocido en España. A pesar de que el patinaje sigue ocupando un segundo plano, el patinador insiste en la necesidad de colaboración entre todos los involucrados en este ámbito. «Es esencial que nos juntemos todas las partes, tanto las personas que trabajan en una pista como esta, como patrocinadores, nosotros como deportistas, aquellos que organizan el evento…», señala. Esta unión es clave para realizar eventos que no solo sean grandes en número, sino también en calidad y proyección.
Con el paso del tiempo, la influencia de Javier ha creado una cultura más amplia sobre el patinaje en España. Sin embargo, sigue siendo un deporte en crecimiento. «Es muy gratificante ver a los niños. Queremos que esta pista de hielo sea de las más icónicas de Madrid, que pasen por aquí miles de personas y lo disfruten», añade. Su objetivo es que el patinaje deje de ser solo un entretenimiento y se convierta en una opción profesional viable.
La trayectoria de Fernández no solo es un ejemplo de éxito, sino que también destaca el papel fundamental de su familia en su vida. Desde pequeño, el apoyo de sus padres fue crucial, especialmente en un deporte que en sus inicios no ofrecía garantías económicas. A los 13 años, dejó Madrid para entrenar en el Centro de Tecnificación de Deportes de Invierno en Jaca, un cambio que marcó el inicio de su carrera profesional. Sin embargo, su vida dio un giro significativo cuando conoció a su entrenador, Nikolai Morozov, quien reconoció su talento y le abrió las puertas a un futuro brillante.
A pesar de las dificultades que enfrentó al mudarse a Nueva Jersey a los 17 años, Javier considera que esas experiencias lo ayudaron a madurar rápidamente. «Cuando pasas por una experiencia así te tienes que sacar un poco las castañas del fuego. Me ha ayudado a tomarme las cosas más en serio», reflexiona. Este proceso de crecimiento personal ha sido fundamental en su vida, y lo ve como parte integral de su éxito en el patinaje.
Fernández colgó los patines en 2019, pero su compromiso con el patinaje no ha disminuido. Actualmente, España cuenta con 18 pistas de hielo activas, de las cuales 14 son olímpicas, lo que indica que el deporte aún necesita más inversión. Javier ha estado trabajando en varios proyectos para dar visibilidad al patinaje y ayudar a jóvenes talentos que carecen de recursos para desarrollarse en este ámbito. La creación de una escuela deportiva de patinaje artístico es uno de sus objetivos a corto plazo, aunque admite que es un desafío complejo que requiere tiempo y recursos.
El legado de Javier Fernández trasciende sus logros deportivos. Su dedicación a la promoción del patinaje artístico y su deseo de formar a futuras generaciones reflejan su compromiso con el deporte que tanto le ha dado. «Siento que puedo dejar un pequeño legado. Quiero intentar que este deporte no desfallezca», concluye, evidenciando su pasión por contribuir al futuro del patinaje artístico en España.
