Juliette Binoche, la aclamada actriz francesa, ha comenzado un nuevo capítulo en su carrera al ser elegida presidenta de la Academia Europea de Cine. En su primer año en el cargo, Binoche se siente emocionada y con una gran responsabilidad, especialmente considerando la rica historia de la institución que busca promover el cine europeo y apoyar a los jóvenes cineastas. En una reciente entrevista, la actriz destacó la importancia de la diversidad en las producciones cinematográficas actuales y el papel crucial que estas tienen en la sociedad.
Binoche, con cerca de 100 créditos en su carrera y una serie de premios que incluyen un Oscar y un César, ha trabajado con directores de renombre como Jean-Luc Godard, Michael Haneke y Claire Denis. Su experiencia en la industria cinematográfica le permite abordar cuestiones relevantes sobre el estado del cine en Europa y la necesidad de que este refleje las diversas voces y realidades del continente. Durante la conversación, resaltó que Europa es un mosaico de culturas y que las historias que emergen de estas diferencias son fundamentales para el entendimiento y la cohesión social.
En su nuevo rol, Binoche pretende continuar impulsando el arte en el cine y ha manifestado su deseo de aportar un «toque francés» a la Academia. La actriz enfatizó que, aunque su nuevo cargo requiere dedicación, no planea reducir su trabajo como intérprete. «Quiero hacer de todo», declaró, subrayando que su enfoque se centrará en contribuir a las iniciativas de la Academia sin dejar de lado su pasión por la actuación.
La actriz también abordó el contexto actual del cine europeo, que ha visto un aumento en producciones social y políticamente comprometidas. Binoche se mostró de acuerdo con su predecesora, Agnieszka Holland, quien abogó por una mayor implicación de los cineastas en cuestiones sociales. La actriz consideró que el cine tiene el poder de contar historias que no solo entretienen, sino que también sirven como un medio para abordar y reflexionar sobre los problemas contemporáneos, recordando la importancia de no olvidar a las víctimas de conflictos y guerras pasadas y presentes.
Un tema relevante durante la conversación fue la percepción de cómo se trata a las mujeres en la industria cinematográfica, especialmente en comparación con Hollywood. Binoche, con experiencia en ambos lados del Atlántico, reconoció que trabajar en un sistema puede tener sus riesgos y limitaciones, pero también resaltó que cada proyecto es único. «Hago películas con directores, no con un sistema», afirmó, sugiriendo que la calidad y la profundidad de las historias dependen de la visión artística individual.
A medida que la conversación avanzaba, Binoche también hizo hincapié en la necesidad de una evolución continua en la industria, especialmente en relación con el movimiento #MeToo. Reconoció que aunque ha habido avances significativos, es importante que más hombres también se pronuncien sobre las dificultades que enfrentan en los set de rodaje. La actriz se comprometió a seguir participando en discusiones relevantes dentro de la Assemblée Nationale en Francia, donde se están escuchando casos relacionados con el abuso en el ámbito artístico.
Finalmente, Binoche compartió su ambición de «re-humanizar nuestra sociedad a través del cine». Según ella, el arte tiene la capacidad de tocar vidas y generar preguntas profundas sobre la existencia humana. «Cuando eliges una película, realmente necesitas pensar en lo que esa película puede cambiar en ti», destacó, recordando la responsabilidad que tienen tanto los cineastas como los espectadores en la selección de historias que impacten y enriquezcan la vida.
Con su nuevo proyecto, The Return, que ya se encuentra en los cines, Binoche continúa su legado como una de las actrices más influyentes y respetadas del cine europeo, dispuesta a contribuir a un futuro en el que el cine siga siendo un espejo de la vida y un vehículo para el cambio social.
