El ciclón Chido ha dejado al menos 94 muertos en Mozambique tras su devastador paso por el océano Índico, según informó el domingo la agencia de gestión de desastres del país. Este número ha aumentado respecto a la cifra anterior de 76, evidenciando la magnitud de la tragedia.
El ciclón, que arrasó la isla francesa de Mayotte antes de tocar tierra en el continente africano, ha destruido 110.000 viviendas en Mozambique, según los datos oficiales. Este fenómeno climático se produce en un contexto especialmente complicado para la nación, que actualmente enfrenta una crisis política tras las elecciones disputadas en octubre, donde el partido en el poder desde la independencia de Mozambique, el Frelimo, ha sido acusado de fraude electoral por la oposición.
Tras su llegada a tierra firme, el ciclón devastó la provincia norteña de Cabo Delgado, donde los vientos alcanzaron velocidades de hasta 260 kilómetros por hora y se registraron precipitaciones de 250 milímetros en tan solo un día. Esta región, además de ser frecuentemente azotada por tormentas tropicales, se encuentra inmersa en un conflicto alimentado por una insurgencia islamista que ha desestabilizado la zona durante años.
Impacto y respuesta gubernamental
Más de 500.000 de los 620.000 afectados por el ciclón se concentran en Cabo Delgado. En el distrito de Mecufi, imágenes de UNICEF mostraron cómo el tejado de una mezquita fue arrancado debido a la fuerza del viento. En medio de esta crisis, el candidato presidencial del Frelimo, Daniel Chapo, cuyo triunfo ha sido cuestionado por la oposición, visitó las zonas afectadas el domingo.
Chapo, quien podría asumir la presidencia el 15 de enero si el Consejo Constitucional ratifica los resultados de las elecciones, hizo un llamado a la solidaridad nacional, instando a los ciudadanos a donar alimentos y ropa para los damnificados. «Incluso si los estamos usando, nuestros hermanos los necesitan», declaró en la televisión pública.
Las protestas en respuesta a las elecciones han paralizado varios centros urbanos, y se han cerrado varias plantas de energía en Mozambique. Las fuerzas de seguridad han sido acusadas de usar munición real para reprimir a los manifestantes, lo que ha elevado la tensión social en el país.
El líder opositor Venancio Mondlane ha advertido sobre la posibilidad de «caos» si el Consejo Constitucional valida los resultados iniciales que lo posicionaron en segundo lugar en las elecciones del 9 de octubre. Mientras tanto, Mozambique se mantiene como el país con la cifra más alta de muertes a causa del ciclón Chido.
Una semana después del paso del ciclón por Mayotte, se han reportado 35 muertes y alrededor de 2.500 heridos en el archipiélago, según el Ministerio del Interior francés. Sin embargo, se teme que este número aumente significativamente debido a la presencia de migrantes indocumentados de las islas Comoros, que a menudo habitan en los barrios marginales de Mayotte, los cuales han sido devastados por la tormenta.
A pesar de no haber registrado muertes en su territorio, las Comoros, que también reclaman soberanía sobre Mayotte, han declarado un día de luto nacional por el paso del ciclón Chido. Tras su paso por Mozambique, el ciclón se trasladó a Malawi, donde, aunque perdió intensidad, causó la muerte de 13 personas y dejó casi 30 heridos, según la agencia de gestión de desastres malawí. Este fenómeno se produce en un contexto de sequía extrema que afecta a Malawi y Mozambique, considerada una de las peores en un siglo en el sur de África.
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