El vicecanciller polaco, Wladyslaw Bartoszewski, ha afirmado que Polonia está obligada a cumplir con las decisiones del Tribunal Penal Internacional (TPI), lo que podría tener implicaciones significativas para el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Según Bartoszewski, si Netanyahu asiste a la conmemoración del 80.º aniversario de la liberación de Auschwitz el próximo mes, podría ser arrestado en virtud de una orden emitida por el TPI.
En noviembre, el TPI emitió órdenes de arresto contra Netanyahu y el exministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, por presuntos crímenes de guerra relacionados con el conflicto en Gaza. Los fiscales del tribunal acusan a ambos líderes de utilizar el hambre como método de guerra, alegando que han privado deliberadamente a los civiles de Gaza de alimentos, agua y medicinas, acciones que, según el TPI, no tienen una «necesidad militar obvia» y constituyen violaciones del derecho internacional.
La situación ha generado un debate considerable en Europa. Mientras que el ministro de Educación de Israel, Yoav Kisch, se espera que sea el único representante del gobierno israelí en la conmemoración de Auschwitz, la participación del presidente Isaac Herzog parece poco probable. En contraste, países como Hungría han mostrado una postura diferente; el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha invitado a Netanyahu a visitar su país, asegurando que no se aplicará la orden de arresto.
Reacciones en Europa ante el TPI
La respuesta de los estados miembros de la Unión Europea ante las órdenes del TPI ha sido variada. Mientras que España, los Países Bajos, Bélgica, Irlanda, Lituania y Eslovenia han manifestado su intención de cumplir con las directrices del tribunal, independientemente de la inmunidad diplomática, Francia, que inicialmente mostró su disposición a acatar la orden, ha invocado posteriormente la protección de la inmunidad diplomática para Netanyahu.
Las acciones del TPI han suscitado reacciones contundentes por parte de funcionarios israelíes. Netanyahu ha comparado las órdenes de arresto con un «affaire Dreyfus moderno», argumentando que son motivadas políticamente. Este tipo de declaraciones refleja la creciente tensión entre Israel y las instituciones internacionales que buscan responsabilizar a sus líderes por acciones en el contexto del conflicto en Gaza.
Auschwitz, un campo de concentración y exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial, se erige como un símbolo del horror y la barbarie. Más de 1.1 millones de judíos, junto con decenas de miles de polacos y prisioneros de guerra soviéticos, fueron asesinados allí. La conmemoración de su liberación no solo recuerda el sufrimiento del pasado, sino que también plantea preguntas sobre la responsabilidad y la justicia en el presente.