La sorprendente carrera política de Míjeil Kavelashvili
Kavelashvili, exfutbolista del Manchester City, ha logrado alcanzar la presidencia de Georgia, un hecho que resulta casi tan inesperado como su paso por la Premier League en 1996. En aquel entonces, el equipo inglés se encontraba en una situación crítica, a un solo punto del descenso, y su llegada no logró cambiar el rumbo de un club que parecía destinado a la Segunda División. Su debut en un derbi contra el Manchester United fue un momento destacado, aunque el resultado final, un 2-3 en contra, dejó al City al borde de la catástrofe. En esa época, Kavelashvili jugaba junto a su compatriota Kinkladze, pero la sombra de los grandes jugadores del United, como Eric Cantona y Ryan Giggs, hizo que su esfuerzo pasara desapercibido.
A pesar de su breve paso por el City, que terminó con un descenso que se produjo de la manera más desastrosa posible, Kavelashvili ha encontrado en la política un nuevo campo de juego. Desde su elección como diputado en 2016, ha estado vinculado al partido Sueño Georgiano, liderado por Kakha Kaladze, otro exfutbolista que ha tenido éxito en su carrera política. Kaladze, con un palmarés notable en el AC Milan, ha respaldado a Kavelashvili en su reciente ascenso al poder. Sin embargo, su elección no ha estado exenta de controversia, ya que se llevó a cabo en un contexto de boicot por parte de la oposición, lo que ha suscitado protestas en las calles de Tiflis.
La elección de Kavelashvili ha sido vista por algunos como un reflejo de las tensiones políticas actuales en Georgia, un país que se encuentra en una encrucijada entre Oriente y Occidente. A pesar de su éxito electoral, se enfrenta a un panorama complicado, con manifestaciones que cuestionan su legitimidad y su falta de formación académica. Las acciones de su partido, que han sido criticadas por restringir derechos y libertades, sugieren que su camino al frente del país podría estar marcado por desafíos significativos. La historia de Kavelashvili, desde el campo de juego hasta el escenario político, es un ejemplo de cómo los deportes y la política pueden entrelazarse de maneras sorprendentes y, a menudo, controvertidas.