El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado una fuerte controversia tras amenazar con retomar el control del Canal de Panamá, una vía de navegación fundamental que aporta miles de millones de dólares a la economía panameña y es crucial para el comercio global. En un discurso dirigido a la nación, el presidente panameño, José Raúl Mulino, ha respondido con firmeza a estas declaraciones, reafirmando la soberanía de Panamá sobre el canal.
Reacciones a las amenazas de Trump
Durante un video emitido el pasado domingo, Mulino enfatizó que la soberanía y la independencia de Panamá son “no negociables” y destacó la importancia del canal como parte de “la historia de lucha y una conquista irreversible”. “Cada metro cuadrado del Canal de Panamá y su área adyacente pertenece a Panamá, y seguirá siendo así,” afirmó el presidente.
Trump, por su parte, expresó su indignación a través de su cuenta en Truth Social y durante un discurso en la conferencia AmericaFest, donde calificó de “exorbitantes” las tarifas que se cobran a los buques estadounidenses por transitar por el canal. Acusó a Panamá de “explotar” a Estados Unidos con tarifas excesivas, afirmando: “Nos están robando en el Canal de Panamá, al igual que en todas partes.”
El ex presidente estadounidense también advirtió que, si no se respetan los principios morales y legales de la concesión del canal, “exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos. En su totalidad. Rápidamente y sin cuestionamientos,” sentenció, instando a los funcionarios panameños a “guiarse en consecuencia.”
Además, Trump dejó claro que no permitirá que el canal caiga en “las manos equivocadas,” refiriéndose a China, y subrayó que un “Canal de Panamá seguro es crucial para el comercio estadounidense y el rápido despliegue de la Marina desde el Atlántico hasta el Pacífico.” En un intento por enfatizar su mensaje, compartió una imagen en Truth Social de una bandera estadounidense sobre un estrecho canal con la leyenda: “¡Bienvenido al Canal de los Estados Unidos!”
Mulino rechazó categóricamente estas afirmaciones, señalando que las tarifas del canal se establecen de manera pública y transparente, considerando las condiciones del mercado, la competencia internacional, los costos operativos y las necesidades de mantenimiento. Recordó que desde la transferencia del canal de Estados Unidos a Panamá el 31 de diciembre de 1999, según los Tratados Torrijos-Carter firmados en 1977, no ha habido objeciones ni quejas sobre el control panameño.
El presidente panameño también destacó que los tratados establecieron la neutralidad permanente del canal, garantizando su operación abierta y segura para todas las naciones. Mulino subrayó que el canal se ha convertido en un símbolo de orgullo nacional, administrado por profesionales panameños cualificados que aseguran su operación segura, continua, eficiente y rentable. Este canal no solo es vital para la economía panameña, sino que también es una arteria crucial para el comercio global.
Finalmente, Mulino reiteró que Panamá respeta a otras naciones y exige respeto a cambio. Expresó su deseo de mantener buenas relaciones con el nuevo gobierno estadounidense en temas como el tráfico de drogas, el terrorismo, el crimen organizado y la migración ilegal, pero dejó claro que la neutralidad del canal es “no negociable.”