Investigación en Hungría: Drones Autónomos Inspirados en el Comportamiento Animal
Moviéndose como un denso enjambre, un grupo de 100 drones autónomos surca el cielo nocturno de Budapest, resultado de más de una década de investigación que promete transformar el futuro de la tecnología de vuelo no tripulado. Estos drones, que toman decisiones en tiempo real sobre la planificación de trayectorias y la evitación de colisiones, se basan en estudios sobre los movimientos colectivos de diversas especies animales. La investigación, llevada a cabo por científicos de la Universidad Eötvös Loránd, ha desarrollado modelos que emulan comportamientos observados en la naturaleza, permitiendo que los drones operen de manera independiente sin necesidad de programación previa o control centralizado.
Gábor Vásárhelyi, investigador principal del Departamento de Física Biológica de la universidad, destaca la importancia de la descentralización en el funcionamiento de estos drones. Según él, una vez que se les indica qué hacer, el sistema de control terrestre puede ser desconectado, permitiendo que los drones se comuniquen entre sí y ejecuten sus tareas de manera autónoma. Este enfoque innovador se fundamenta en datos obtenidos a partir de estudios sobre el vuelo de palomas y los patrones de movimiento de caballos salvajes en la Gran Llanura Húngara, dando lugar a un algoritmo que les permite tomar decisiones en vuelo, evitando así conflictos y colisiones.
Sin embargo, a pesar de los beneficios potenciales de esta tecnología en campos como la meteorología, la agricultura y la entrega de mercancías, también existen preocupaciones sobre sus aplicaciones militares. Investigadores como Anna Konert y Tomasz Balcerzak, de la Universidad Lazarski en Varsovia, han advertido que el uso de drones autónomos en operaciones militares podría intensificar las carreras armamentistas y facilitar su uso indebido por actores malintencionados. Este desplazamiento de la responsabilidad de decisiones letales de los operadores humanos a las máquinas plantea cuestiones sobre la rendición de cuentas y podría, en consecuencia, disminuir las barreras psicológicas para iniciar conflictos bélicos.
A medida que la investigación avanza, los científicos húngaros contemplan la posibilidad de escalar sus algoritmos para coordinar hasta 5,000 drones volando juntos de forma autónoma. Esto podría tener aplicaciones en una variedad de sectores, desde el control del tráfico aéreo hasta la agricultura de precisión. La capacidad de los drones para operar de manera eficiente y segura en entornos complejos podría cambiar radicalmente la forma en que interactuamos con el cielo y, en última instancia, mejorar la calidad de vida de las personas.
