La transformación del SBU: de legado soviético a pilar de la resistencia ucraniana

In Internacional
diciembre 29, 2024

En 2013, un año antes de la Revolución de Euromaidán, el entonces presidente de Ucrania, el prorruso Viktor Yanukóvich, realizó un controvertido nombramiento al frente del Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU, conocido en Occidente como SBU). Este nombramiento recayó en Aleksándr Yakimenko, un ciudadano ruso que había servido en el Ejército del Kremlin y cuya biografía era desconocida para los diputados que debían supervisar su designación. Yakimenko ocupó el cargo durante un año, hasta que fue destituido en 2014 en medio de la agitación revolucionaria en Kiev, tras lo cual se fugó a Rusia junto con otros altos funcionarios del SBU.

En 2023, Yakimenko fue juzgado ‘in absentia’ por la justicia ucraniana bajo la acusación de traición. Su caso ilustra la profunda transformación que han experimentado los servicios secretos de Ucrania en la última década, especialmente el SBU. De ser una agencia heredera del KGB soviético, con la capacidad de interferir en la vida política y económica del país, ha evolucionado hacia una institución que lleva a cabo operaciones audaces contra el enemigo ruso, incluyendo ataques significativos como los realizados contra el puente de Kerch y el asesinato del general ruso Ígor Kirilov, considerado un «objetivo legítimo» por fuentes de seguridad ucranianas.

Transformación y Confianza Ciudadana

El SBU ha pasado de ser una de las instituciones más criticadas a convertirse en uno de los organismos estatales en los que más confían los ciudadanos, según un reciente sondeo del instituto Rating. Este cambio se atribuye en parte a su papel crucial en la defensa de Kiev al inicio de la invasión rusa en 2022. La transformación del SBU es notable, ya que bajo el mandato de Yanukóvich, la agencia se había convertido en un poder fáctico temido por todos, capaz de interferir en asuntos políticos y económicos, lo que generaba altos niveles de corrupción.

A pesar de esta herencia, la académica Viktoria Vdovychenko destaca que siempre ha habido diferencias entre Ucrania y Rusia, y que incluso durante el periodo de Yanukóvich no se alcanzaron los niveles de abuso de poder que caracterizan a la agencia rusa. Sin embargo, la infiltración rusa en el SBU ha sido un problema persistente, dado que muchos de sus miembros habían trabajado estrechamente con sus homólogos rusos, lo que facilitó la creación de lazos de confianza.

Desde la salida de Yanukóvich y la orientación hacia Occidente, muchos funcionarios del SBU han abandonado la agencia, desmotivados por los cambios y la pérdida de oportunidades de enriquecimiento. A pesar de ello, continúan surgiendo casos de altos cargos detenidos por colaborar con Rusia, como el de Andriy Naumov, jefe de seguridad interna, quien fue destituido y acusado de traición.

La necesidad de reformas en el SBU es urgente, especialmente en un contexto de guerra. Ucrania enfrenta el desafío de reformar sus instituciones mientras lucha por su supervivencia. Las reformas implementadas buscan adecuar la agencia a los estándares de la UE y la OTAN, impulsadas también por la presión de la sociedad civil. Según el legislador Vadim Halaychuk, entre el 50% y el 60% del trabajo legislativo necesario para esta adecuación ya se ha completado, incluyendo la transferencia de ciertas atribuciones al Servicio Federal de Investigación.

A pesar de los avances, persiste la cuestión del número de efectivos del SBU, que se estima en alrededor de 30.000 agentes, una cifra considerablemente superior a la de agencias homólogas en Occidente. Halaychuk advierte que, mientras la guerra continúe, es difícil plantear cambios en la estructura de la agencia, ya que cualquier reforma implicaría despidos y contrataciones que podrían desviar la atención de los agentes de sus operaciones críticas.

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