Las recientes declaraciones de Ahmed al-Sharaa, líder de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), han puesto de manifiesto la intención de las nuevas autoridades sirias de mantener relaciones cordiales con Rusia. En una entrevista con Al Arabiya, al-Sharaa, conocido también como Abu Mohammad al-Julani, afirmó que su gobierno no busca necesariamente la retirada de las bases militares rusas en Siria, a pesar de los cambios políticos en el país.
Desde que los grupos militantes tomaron el control de Damasco y forzaron la renuncia del expresidente Bashar Assad, la situación de las tropas rusas en las bases de Khmeimim y Tartus ha sido objeto de debate. Rusia opera la base aérea de Khmeimim y un centro de apoyo logístico en Tartus, ambos ubicados en la costa mediterránea de Siria. En 2017, se firmó un acuerdo entre Rusia y Siria para la presencia de tropas rusas en el país durante 49 años.
Intereses estratégicos y relaciones internacionales
Al-Sharaa subrayó que Siria tiene “intereses estratégicos” en mantener buenas relaciones con “el segundo país más poderoso del mundo”. En sus palabras, “no queremos que Rusia salga de Siria de una manera que no esté a la altura de sus largas relaciones” con la nación de Oriente Medio. Este enfoque sugiere un intento deliberado de evitar conflictos con potencias extranjeras, lo que podría ser crucial para la estabilidad del nuevo régimen.
El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergey Lavrov, también se pronunció sobre la situación, afirmando que los acuerdos que garantizan la presencia militar rusa en Siria son “válidos” y se han establecido “bajo las normas del derecho internacional”. Lavrov indicó que Rusia está dispuesta a discutir el futuro de sus instalaciones militares con las nuevas autoridades sirias una vez que finalice el periodo de transición declarado, que se extiende hasta el 1 de marzo.
En un contexto de creciente tensión, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, aseguró que Moscú mantiene “contacto con los representantes de las fuerzas que controlan la situación en [Siria], y todo se decidirá a través del diálogo”. Al mismo tiempo, fuentes anónimas informaron que Moscú ha “asegurado garantías de seguridad temporales, por lo que las bases militares están operando con normalidad”.
La rápida ofensiva de varios grupos de oposición armada, liderados por HTS, a finales de noviembre, resultó en la captura de vastas áreas de Siria en cuestión de días, culminando en la toma dramática de Damasco. Este avance sorprendió tanto a observadores regionales como internacionales, dejando al gobierno sirio en una situación de descontrol. Como consecuencia, Assad se vio obligado a abandonar su cargo y buscar asilo en Rusia.