
La lucha contra la enfermedad del gusano de Guinea y el legado de Jimmy Carter
El expresidente estadounidense Jimmy Carter, quien falleció recientemente a los 100 años, dedicó gran parte de su vida a la erradicación de la enfermedad del gusano de Guinea. A través de su fundación, el Carter Center, lideró una campaña durante varias décadas que movilizó recursos, monitorizó casos y organizó el apoyo de líderes mundiales y agencias de salud. Esta enfermedad parasitaria, causada por un gusano cuyas larvas contaminan el agua, provoca un sufrimiento intenso, ya que los gusanos pueden crecer hasta tres pies de longitud y emergen del cuerpo humano en un proceso extremadamente doloroso.
En 1986, solo cinco años después de que Carter dejara la presidencia, se registraron 3,5 millones de casos de esta enfermedad a nivel mundial. Sin embargo, los últimos datos indican que en 2023 se han reportado tan solo 11 casos, concentrados en dos países: Chad y Sudán del Sur. Adam Weiss, director del programa de erradicación del gusano de Guinea en el Carter Center, destacó el significativo avance en la lucha contra esta enfermedad, que ha pasado de estar presente en más de 20 países en los años 80 a una reducción drástica en su distribución actual.
Desde que la Asamblea Mundial de la Salud instó en 1986 a erradicar esta enfermedad, el Carter Center ha colaborado estrechamente con organizaciones como la Organización Mundial de la Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Carter se comprometió personalmente con esta causa tras visitar una aldea en Ghana en 1988, donde fue testigo del sufrimiento causado por esta enfermedad. A lo largo de su vida, expresó su deseo de ver erradicado el gusano de Guinea, afirmando en 2015 que quería «que el último gusano de Guinea muera antes que yo». Esta dedicación a la causa ha inspirado a numerosos líderes y organizaciones a seguir adelante en la lucha contra una enfermedad que, hasta ahora, solo ha sido erradicada en el caso de la viruela. La meta es alcanzar la erradicación total para 2030, aunque se reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer, especialmente con la aparición de casos en animales domésticos.