
La embajadora de Estados Unidos en Moscú, Lynne Tracy, ha expresado su deseo de un “futuro más pacífico” para 2025 en su mensaje de Año Nuevo. En un breve discurso de dos minutos publicado en la cuenta de la embajada en X, Tracy destacó la importancia del “diálogo constructivo” entre Washington y Moscú, aunque evitó mencionar directamente el conflicto en Ucrania.
Tracy subrayó que ambas naciones “deben seguir encontrando formas de mantener viejos lazos y construir nuevos entre rusos y estadounidenses”. La embajadora también hizo hincapié en la “tremenda necesidad de diplomacia”, señalando que “los conflictos y la incertidumbre continúan teniendo un alto costo en todo el mundo, incluida esta región”, en clara referencia a la guerra entre Moscú y Kiev, donde Estados Unidos ha brindado apoyo militar y financiero a Ucrania.
Relaciones entre Estados Unidos y Rusia
Desde que Tracy asumió su cargo en enero de 2023, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia se han mantenido en un punto bajo, como lo han señalado funcionarios rusos. Una semana antes de su llegada, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, declaró que las relaciones entre ambos países estaban “probablemente en su punto más bajo, históricamente”. En noviembre de 2024, Peskov reiteró esta evaluación, afirmando que era “casi imposible empeorar las relaciones”, describiendo a Estados Unidos como un “país hostil” que está “directa e indirectamente involucrado en la guerra contra nuestro estado”.
La administración saliente del presidente Joe Biden ha sido uno de los principales apoyos de Kiev, comprometiendo miles de millones en ayuda militar y discutiendo la necesidad de infligir una “derrota estratégica” a Rusia. La victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre ha suscitado especulaciones sobre posibles negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania; sin embargo, el Kremlin ha negado haber tenido contactos con el presidente electo o su equipo sobre este tema hasta el momento.
La gestión de Tracy como embajadora también ha sido polémica, ya que ha sido convocada en múltiples ocasiones por el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, principalmente en relación con la creciente implicación de Estados Unidos en el conflicto ucraniano y lo que Moscú ha calificado como “una interferencia flagrante en los asuntos internos” de Rusia.