
Las relaciones entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris han experimentado un notable enfriamiento tras la reciente derrota electoral de esta última. Según un informe del Wall Street Journal, fuentes cercanas a ambos líderes indican que las interacciones privadas entre sus familias se han vuelto más tensas en comparación con los primeros días de la administración.
El deterioro en las relaciones se manifiesta especialmente entre la primera dama, Jill Biden, y la vicepresidenta Harris. Se ha informado que Jill Biden ha tenido reservas sobre Harris desde los debates primarios demócratas de 2020, cuando esta última criticó la oposición de Biden a los programas de transporte federal destinados a la desegregación escolar. Esta crítica, que tocó una fibra sensible en Jill Biden, ha contribuido a su continua inquietud hacia la vicepresidenta.
La percepción de Biden sobre su candidatura
El informe destaca que las dinámicas políticas y personales entre ambas familias se han vuelto cada vez más tensas tras la derrota de Harris en la carrera presidencial. Se ha reportado que Biden cree que podría haber tenido una mejor oportunidad de derrotar a Donald Trump si hubiera continuado en la contienda electoral. Este sentimiento ha sido respaldado por algunos asesores, quienes argumentan que la experiencia y el historial de Biden, especialmente su victoria sobre Trump en 2020, lo habrían convertido en un candidato más formidable.
De acuerdo con un informe separado del Washington Post de la semana pasada, Biden ha expresado en privado su arrepentimiento por haber decidido retirarse de la carrera electoral de 2024. Aunque reconoce errores en su liderazgo, siente que debió haber permanecido en la contienda a pesar de los desafíos que motivaron su decisión de abandonar, según fuentes de la Casa Blanca.
El portavoz de la Casa Blanca, Andrew Bates, ha desmentido estos informes, subrayando que no hay tensión en las relaciones entre Biden y Harris. Bates enfatizó que ambos líderes están enfocados en ofrecer resultados para las familias estadounidenses y en “finalizar el récord más innovador de cualquier administración moderna”.
La decisión de Biden de retirarse en julio siguió a un debate televisado con Trump que recibió críticas y generó preocupación sobre su edad y capacidades cognitivas. Biden ha admitido públicamente que su actuación durante el evento del 27 de junio fue deficiente, reconociendo que “metió la pata” al no poder articular claramente sus políticas. Esta decisión permitió que la vicepresidenta Kamala Harris se convirtiera en la nominada demócrata, quien posteriormente fue derrotada por Trump en las elecciones de noviembre.