La actriz Blake Lively y el director y actor Justin Baldoni se encuentran en medio de una intensa disputa legal tras la producción de su película It Ends With Us, que se estrenó en agosto de 2024 y fue un éxito en taquilla. Desde diciembre de 2024, ambos se han lanzado acusaciones de conducta inapropiada en el lugar de trabajo, lo que ha llevado a múltiples demandas en un corto período de tiempo.
El 20 de diciembre, Lively presentó una demanda por acoso sexual en contra de Baldoni y su productora Wayfarer Studios ante el Departamento de Derechos Civiles de California. En respuesta, Baldoni negó las acusaciones de Lively, describiéndolas como “falsas y destructivas”. El último día del año, Baldoni también demandó al New York Times por difamación debido a las afirmaciones de la actriz en un artículo publicado por el medio, y ese mismo día, Lively lo demandó por represalias tras sus denuncias de acoso.
Las demandas incluyen una serie de acusaciones graves. Lively afirma que Baldoni la acosó sexualmente al improvisar escenas de intimidad física sin su consentimiento, y que intentó añadir una escena gráfica en la que su personaje tendría un orgasmo en cámara. Además, Lively relata que Baldoni le presionó para simular desnudez en una escena de parto, a pesar de que no se había discutido tal requerimiento previamente.
En sus alegaciones, Lively también menciona que Baldoni y el productor Jamey Heath entraron en su tráiler de maquillaje sin previo aviso en varias ocasiones. Baldoni, por su parte, ha calificado las acusaciones de Lively como “completamente falsas y escandalosas”, y ha afirmado que la actriz se negó a trabajar con un coordinador de intimidad para planificar las escenas de sexo, lo que llevó a una falta de comunicación entre ambos durante la producción.
Otro de los puntos centrales de las denuncias de Lively es que Baldoni supuestamente lanzó una campaña de relaciones públicas para destruir su reputación tras sus quejas sobre el acoso. Según la actriz, se implementó un plan para desacreditarla y minimizar sus preocupaciones en los medios. Baldoni ha negado la existencia de dicha campaña, argumentando que la cobertura del New York Times fue sesgada y favoreció la narrativa de Lively.
Asimismo, Lively ha denunciado que Baldoni la avergonzó sobre su peso y que incluso contactó a su entrenador personal sin su consentimiento. Baldoni, en su defensa, ha afirmado que fue víctima de un ataque verbal por parte del esposo de Lively, el actor Ryan Reynolds, durante una reunión, donde se le acusó de «fat-shaming» a la actriz.
Baldoni, por su parte, ha presentado sus propias demandas, alegando que Lively intentó despedirlo de su propia película y que incluso trató de bloquear su asistencia al estreno. En su demanda, Baldoni sostiene que, tras las acusaciones de Lively, se sintió amenazado por su poder dentro de Hollywood, especialmente considerando su relación con Reynolds, lo que le llevó a temer por su carrera.
La situación ha generado una intensa atención mediática, destacando la complejidad de las dinámicas de poder en la industria del entretenimiento. A medida que se desarrolla este caso, las implicaciones sobre la conducta en el lugar de trabajo y la cultura de la cancelación en Hollywood continúan siendo objeto de debate.
