El año pasado se registraron temperaturas alarmantes, alcanzando niveles de calentamiento sin precedentes que impulsaron fenómenos meteorológicos extremos en diversas partes del mundo. A medida que las zonas agrícolas y urbanas continúan expandiéndose, la contaminación se intensifica, contribuyendo al sobrecalentamiento del planeta. La magnitud de nuestro impacto ambiental es tan evidente que puede ser observada desde el espacio.
Imágenes satelitales proporcionadas por el Observatorio de la Tierra de la NASA durante el último año ilustran la asombrosa huella humana sobre el planeta. Estas imágenes permiten visualizar la transformación de los paisajes a lo largo del tiempo, evidenciando cómo la actividad humana ha reconfigurado el entorno natural.
Agricultura y urbanización
Las explotaciones agrícolas y los pastizales constituyen casi la mitad de la superficie habitable del mundo, excluyendo las áreas cubiertas por hielo o desiertos. En los últimos años, ha habido un notable auge en el uso de invernaderos, que ahora ocupan 3,2 millones de acres, una extensión equivalente al tamaño del estado de Connecticut. Este crecimiento es particularmente visible en países como China, donde la proliferación de invernaderos ha cambiado drásticamente el paisaje agrícola.
Más de la mitad de la población mundial reside actualmente en entornos urbanos, los cuales se están expandiendo a un ritmo acelerado, especialmente en países en desarrollo. Este fenómeno se observa en el crecimiento de ciudades como Chiang Mai en Tailandia y en la construcción de la nueva capital indonesia, Nusantara. Esta última se ha desarrollado como respuesta a los problemas de tráfico y contaminación que enfrenta la actual capital, Yakarta, que además está sufriendo inundaciones cada vez más graves debido al aumento del nivel del mar y al hundimiento progresivo de la ciudad.
En medio de estos desafíos climáticos, existen señales de esperanza. Las instalaciones solares han alcanzado un récord histórico, convirtiéndose en la forma de energía más económica en muchas partes del mundo. Proyectos de gran envergadura, como el de Edwards Sanborn en California, que se activó a principios de este año, ilustran el potencial de las energías renovables. Este proyecto no solo es el mayor en su tipo en Estados Unidos, sino que también alberga el sistema de baterías más grande del mundo, marcando un paso significativo hacia un futuro energético más sostenible.