Innovaciones en lentes ópticas: la llegada de la inteligencia artificial
Más del 60% de la población mayor de 15 años en España utiliza gafas, una cifra que pone de manifiesto la importancia de la corrección visual en nuestra sociedad. La reciente experiencia de un usuario, quien tras una visita a la óptica se vio obligado a actualizar su graduación, ha puesto de relieve cómo la tecnología, y en particular la inteligencia artificial (IA), están transformando el sector de la óptica. Al buscar una solución adecuada, se encontró con la propuesta de VisionLab, que ha lanzado nuevos cristales ópticos diseñados con ayuda de esta tecnología. A pesar de la proliferación de iniciativas que integran la IA en diversos ámbitos, la verdadera utilidad de estos avances en el sector óptico aún suscita ciertas dudas entre los consumidores.
La IA se ha introducido en el diseño de lentes progresivas, donde algunas marcas, como Varilux y Rodenstock, ya han comenzado a implementar esta tecnología. Estas lentes utilizan bases de datos con información de miles de usuarios para adaptar las características de los cristales a las necesidades individuales de cada paciente. La teoría sugiere que este enfoque permite ofrecer una visión más clara, con menos distorsiones y una mayor área de visión, lo que debería traducirse en una experiencia visual más cómoda. Los resultados son aún más notorios en el caso de personas con graduaciones elevadas o con lentes progresivas, que suelen experimentar distorsiones más pronunciadas.
El proceso para adquirir estas nuevas lentes incluye una serie de pasos que permiten personalizar el producto final. Tras la graduación de la vista, se selecciona la montura y se toman medidas específicas, además de realizar un cuestionario sobre hábitos visuales y estilo de vida. Esta información se utiliza para determinar cómo deben ser talladas las lentes, las cuales se fabrican de manera individualizada. Sin embargo, el coste de estas lentes puede ser considerablemente mayor que el de las lentes convencionales, lo que plantea la cuestión de su rentabilidad. Aunque el usuario experimentó una notable mejora en la claridad visual, la diferencia de precio en su caso específico hizo que la decisión de optar por estas lentes no fuese tan evidente. A pesar de ello, el uso de estas gafas se ha convertido en su preferencia tras haberlas probado, lo que sugiere que la innovación tiene el potencial de cambiar la forma en que percibimos y abordamos la corrección visual.
