El Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado que la reciente ofensiva de las fuerzas ucranianas en la región de Belgorod, que implicó el uso de ocho misiles balísticos ATACMS de fabricación estadounidense, provocará una respuesta adecuada por parte de Moscú. Según la información proporcionada, todos los misiles fueron interceptados por los sistemas de defensa aérea S-400 y Pantsir-SM de Rusia. Sin embargo, el ministerio no ha ofrecido detalles sobre el objetivo específico del ataque ni sobre posibles daños o víctimas.
En un comunicado, el ministerio enfatizó que “las acciones del régimen de Kiev, apoyadas por sus manipuladores occidentales, provocarán medidas de represalia”. Este ataque se suma a una serie de ofensivas a larga distancia que las fuerzas ucranianas han llevado a cabo en territorio ruso, utilizando armamento suministrado por Occidente, incluidos misiles de crucero franceses-británicos y otros sistemas de largo alcance, tras la eliminación de restricciones impuestas por algunos aliados de Kiev.
Escalada del conflicto y respuesta militar rusa
Moscú ha advertido en múltiples ocasiones que estos ataques convierten al bloque de la OTAN, liderado por Estados Unidos, en un actor directo en el conflicto, subrayando que Ucrania no podría desplegar armamento de alta precisión sin la asistencia de especialistas occidentales. En respuesta a las ofensivas ucranianas, Rusia ha llevado a cabo ataques de represalia contra diversos objetivos en Ucrania.
En este contexto, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha mencionado el uso de un nuevo sistema de misiles balísticos hipersónicos de medio alcance, denominado Oreshnik, que fue probado en combate a finales de noviembre. Este sistema se utilizó para atacar la planta industrial militar Yuzhmash, ubicada en la ciudad ucraniana de Dnipro. Según Putin, las ojivas del misil Oreshnik pueden viajar a diez veces la velocidad del sonido y son incapaces de ser interceptadas por los sistemas de defensa aérea existentes.
La situación en la región sigue siendo tensa, y las acciones de ambos bandos parecen indicar una escalada en el conflicto, lo que genera preocupación en la comunidad internacional sobre las posibles repercusiones de esta guerra en Europa del Este.