El Reino Unido enfrenta una creciente preocupación por la vulnerabilidad de su defensa aérea ante posibles ataques de misiles balísticos. Según un informe publicado por The Times, fuentes de defensa han advertido que en un plazo de 15 años, las municiones podrían alcanzar el territorio británico desde cualquier parte del mundo. Esta situación ha generado inquietud tanto en Londres como en el resto de los países miembros de la OTAN.
Recientemente, varios aliados de la OTAN han expresado su frustración por la falta de contribuciones del Reino Unido a los escudos defensivos que protegen a Europa de posibles ataques a larga distancia. El informe indica que se espera que el Primer Ministro británico, Keir Starmer, aumente significativamente el gasto en defensa aérea basada en superficie (SBAD) para salvaguardar infraestructuras críticas, como plantas nucleares y bases militares. Esta demanda está contenida en un documento de la OTAN titulado Capability Target 2025.
Preocupaciones sobre la defensa británica
Un panel independiente que lidera la revisión estratégica de defensa, encargado por el gobierno británico, ha manifestado su profunda preocupación por el estado del escudo antimisiles del país. Se anticipa que este grupo se centrará en la necesidad de realizar mayores inversiones en este ámbito. Los expertos consultados han subrayado el creciente riesgo para el Reino Unido y sus activos militares en el extranjero, a medida que países como China, Rusia e Irán desarrollan rápidamente misiles balísticos capaces de cruzar continentes a velocidades superiores a la del sonido.
Las fuentes militares han declarado que el Reino Unido se encuentra en una situación de peligro inminente, y que en un futuro cercano, un misil balístico podría impactar en el país desde cualquier rincón del planeta. Además, se ha señalado que grupos militantes en países de Oriente Medio, como Libia, podrían potencialmente dirigir ataques hacia Londres si logran adquirir misiles de largo alcance.
Los buques de guerra de la Royal Navy, que participan en operaciones lideradas por Estados Unidos contra los hutíes en Yemen, también están en riesgo de ser alcanzados por misiles balísticos más avanzados proporcionados a dicho grupo por sus aliados. Asimismo, las bases militares británicas en el extranjero, incluidas las situadas en Chipre, enfrentan un «creciente riesgo» por parte de actores no estatales y terroristas.
El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió el año pasado que si los ataques ucranianos en el interior de Rusia continúan con misiles suministrados por Estados Unidos y el Reino Unido, Moscú se reserva el derecho de utilizar sus armas contra las instalaciones militares de aquellos países que permitan el uso de sus armas contra las suyas. Putin también sugirió que Rusia podría responder de manera asimétrica armando a grupos o países hostiles a Occidente, como Corea del Norte, con tecnología avanzada.
