La reciente derrota de la vicepresidenta Kamala Harris en las elecciones presidenciales de 2024 ha puesto de manifiesto una realidad alarmante: la persistente brecha de género en posiciones de liderazgo, no solo en el ámbito gubernamental, sino también en los negocios, la educación superior y el ámbito militar. A pesar de que una mayoría de los estadounidenses reconoce la falta de representación femenina en estos roles, la subrepresentación de mujeres sigue siendo una constante en la sociedad.
Un equipo de investigadores en psicología ha llevado a cabo una serie de experimentos para analizar si cambiar la forma en que se presenta esta brecha de género, enfocándose en la «sobrerrepresentación masculina» en lugar de la «subrepresentación femenina», podría influir en la percepción de este problema y en la motivación para abordarlo. Los resultados de este estudio, publicado en el Journal of Experimental Social Psychology, sugieren que este cambio de enfoque puede tener un impacto significativo.
Resultados del estudio
Los hallazgos revelan que al enmarcar la brecha de género en el liderazgo político como una «sobrerrepresentación masculina», se genera una mayor indignación entre las mujeres y se incrementa la percepción de injusticia respecto a esta desigualdad. Esta reacción emocional parece ser un motor clave para que las mujeres tomen acciones orientadas a reducir esta disparidad. Emily Balcetis, profesora asociada de psicología en la Universidad de Nueva York y coautora del estudio, señala que la forma tradicional de presentar el problema puede desensibilizar al público. Al sustituir estadísticas como el hecho de que el 29% del Congreso es femenino por el enfoque que indica que el 71% es masculino, se provocan respuestas emocionales más intensas que pueden llevar a la acción.
Sin embargo, los investigadores también advierten sobre algunas limitaciones de este enfoque. En primer lugar, la sobrerrepresentación masculina no parece tener el mismo impacto en el liderazgo empresarial, y en segundo lugar, este mensaje no incrementa la indignación entre los hombres. A pesar de estas limitaciones, los autores del estudio consideran que los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva para abordar un problema que ha perdurado a lo largo del tiempo.
Rachel Godsil, profesora en la Escuela de Derecho de Rutgers y cofundadora del Perception Institute, enfatiza que la sociedad se beneficia de contar con líderes tanto hombres como mujeres en la política y los negocios. Es fundamental que todos tengamos la confianza de que nadie es excluido de las posiciones de liderazgo por motivos de género.
Los investigadores llevaron a cabo estudios experimentales en los que los participantes leyeron artículos de noticias simulados que reflejaban datos reales sobre la brecha de género en la política y en los negocios. Estos artículos fueron manipulados para adoptar diferentes enfoques: la brecha se presentaba como subrepresentación femenina o como sobrerrepresentación masculina, manteniendo los datos subyacentes constantes. Las respuestas de los participantes se midieron en función de su indignación ante la brecha de género y su disposición a apoyar leyes como la Ley de Empoderamiento, Desarrollo y Prosperidad Global de la Mujer de 2020.
Los resultados mostraron que las historias que presentaban la brecha de género como una sobrerrepresentación masculina en el liderazgo político provocaron más indignación entre las mujeres que aquellas que la presentaban como subrepresentación femenina. Sin embargo, este efecto no se observó en las historias relacionadas con el liderazgo empresarial. Además, la indignación de las mujeres ante la disparidad, sin importar cómo se enmarcara la brecha, estaba asociada con un aumento en la disposición a involucrarse en acciones concretas, como escribir cartas a sus representantes congresionales o apoyar legislaciones que aborden la desigualdad de género.
La investigación concluye que enmarcar la brecha de género en política como resultado de las ventajas masculinas, en lugar de las desventajas femeninas, no solo afecta cómo las mujeres perciben este problema, sino que también impulsa acciones para combatirlo. En un contexto social donde la igualdad de género sigue siendo un objetivo pendiente, estos hallazgos ofrecen una herramienta potencial para generar un cambio significativo.