Las empresas del Reino Unido se enfrentan a una creciente preocupación por el aumento de los impuestos, según un reciente informe de la Cámara de Comercio Británica (BCC). Este documento revela que la confianza empresarial ha caído a su nivel más bajo desde la crisis del «mini-presupuesto» de otoño de 2022, lo que sugiere un clima económico cada vez más incierto.
Impacto del aumento de impuestos en la confianza empresarial
En la encuesta realizada por la BCC, un alarmante 63% de las empresas expresó su inquietud por la carga fiscal, un aumento significativo respecto al 48% registrado en el tercer trimestre. Esta situación ha llevado a más de la mitad de los encuestados (55%) a anticipar un incremento en los precios en los próximos tres meses, motivado principalmente por el aumento de los costes laborales.
La BCC también destacó que la proporción de empresas que esperan un aumento en su facturación en el próximo año ha disminuido al 49%, comparado con el 56% de la encuesta anterior. Los temores relacionados con la inflación y las tasas de interés se mantienen relativamente estables, lo que pone de manifiesto el efecto negativo del contexto fiscal en la salud económica general.
Las preocupaciones se extienden a diversos sectores, incluidos la hostelería, la manufactura, la construcción y el cuidado de la salud, donde las empresas han expresado su incertidumbre sobre cómo cubrir los costos adicionales y han indicado que probablemente reducirán sus inversiones futuras.
Shevaun Haviland, líder de la BCC, comentó que aunque se reconoce la necesidad de aumentar los impuestos para llenar el déficit fiscal, es esencial que el gobierno implemente estrategias efectivas para impulsar la economía. La demanda de acción inmediata es clara, con un llamado a la formulación de planes industriales y de infraestructura que respondan a las inquietudes actuales de los empresarios.
El aumento de los costos de endeudamiento en el Reino Unido ha superado los niveles alcanzados tras el «mini-presupuesto» de septiembre de 2022, que fue marcado por la entonces primera ministra Liz Truss y sus recortes fiscales no financiados. No obstante, algunos economistas destacan que el reciente incremento en los rendimientos de bonos no es comparable al de 2022, ya que las circunstancias macroeconómicas han cambiado y la inflación muestra signos de enfriamiento.
En un contexto donde el gobierno británico busca equilibrar su presupuesto, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre la necesidad de financiar servicios esenciales y la creación de un entorno propicio para el crecimiento empresarial. Este delicado equilibrio es esencial para evitar un estancamiento económico prolongado que podría afectar aún más a la clase trabajadora y a los sectores más vulnerables de la sociedad.