El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha reafirmado la postura de Ankara respecto a la integridad territorial de Siria, advirtiendo que su país intervendrá si considera que existe un riesgo de división. En declaraciones realizadas tras la primera reunión del gabinete de 2025, Erdogan se mostró “intransigente” en su determinación de evitar cualquier fragmentación del país vecino.
Estas afirmaciones se interpretan como una advertencia velada a las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), dominadas por kurdos, así como a Estados Unidos, que apoya a este grupo en su lucha contra el Estado Islámico. Erdogan subrayó que “no podemos aceptar bajo ningún pretexto que Siria se divida y si notamos el más mínimo riesgo, tomaremos las medidas necesarias”.
La amenaza kurda y la respuesta turca
El presidente turco afirmó que Turquía tiene “más que suficiente poder, capacidad y talento” para llevar a cabo esta intervención. En un tono contundente, advirtió que “podemos venir de repente una noche” si es necesario, insistiendo en que “no hay lugar para el terrorismo en el futuro de la región” y que aquellos que opten por el terrorismo serán “enterrados con sus armas”.
Erdogan ha reiterado en múltiples ocasiones que el grupo kurdo representa una amenaza para la seguridad de Turquía, prometiendo evitar la creación de un “corredor del terror” en sus fronteras del sur. El mes pasado, el presidente turco prometió “enterrar” a los militantes kurdos y pidió a la OTAN y a Estados Unidos que elijan entre apoyar a Turquía o a las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que operan cerca de las fronteras turca e iraquí.
Desde la perspectiva de Ankara, el YPG es considerado una extensión del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que es catalogado como organización terrorista. La SDF, que está dominada por el YPG, ha solicitado un alto el fuego a nivel nacional en Siria tras la caída del gobierno del presidente sirio Bashar al-Assad a manos de los yihadistas de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) a principios de diciembre. Además, ha instado a Estados Unidos a proteger el territorio sirio de los ataques turcos y a poner fin a lo que considera como la ocupación de las regiones del norte del país por parte de Ankara.
Recientemente, se han reportado enfrentamientos entre las fuerzas del YPG y facciones pro-turcas, que han dejado alrededor de 100 muertos, según la agencia AFP. En medio de este contexto, Turquía ha intentado fortalecer sus lazos con el nuevo liderazgo sirio, con el ministro de Relaciones Exteriores, Hakan Fidan, visitando Damasco el mes pasado y abogando por el levantamiento de las sanciones internacionales que afectan gravemente a la economía del país.