François Bayrou, el nuevo primer ministro de Macron, enfrenta la ingobernabilidad en Francia

In Internacional
enero 07, 2025

La encrucijada política de Francia: François Bayrou y el desafío de gobernar

Emmanuel Macron, presidente de la República Francesa, se encuentra en una situación crítica tras las recientes elecciones generales, donde la extrema derecha y una izquierda coaligada han ganado terreno. Ante este panorama, Macron se vio obligado a nombrar un nuevo primer ministro, eligiendo a François Bayrou, un político de larga trayectoria y experiencia en el ámbito de la negociación, aunque con un perfil claramente derechista.

Recientemente, se ha filtrado que Macron le solicitó a Bayrou que intentara formar un gobierno de concentración. Sin embargo, la respuesta del nuevo primer ministro fue contundente: esta opción podría llevar a una ingobernabilidad perfecta. A pesar de ello, Bayrou parece estar dispuesto a aceptar el reto, aunque enfrenta un obstáculo significativo: la falta de interés de otros partidos en unirse a su gabinete. A pesar de que los principales actores políticos son considerados lo mejor de la repostería francesa, la realidad es que la población no está interesada en «pasteles» políticos, sino en soluciones concretas.

La ciudadanía francesa demanda prosperidad, buenos salarios, orden en las calles y servicios públicos fiables. En este contexto, Bayrou se ha propuesto presentar su gobierno, aunque hasta el momento no ha logrado incorporar a ningún socialdemócrata, un objetivo que ha perseguido en los últimos días.

François Bayrou, un político centrista y reformista, ha tenido una carrera política notable, ocupando diversos cargos a lo largo de más de cuarenta años. Nacido en 1951 en una familia de agricultores, Bayrou ha enfrentado adversidades personales, como su tartamudez en la infancia, pero ha sabido superar estos retos. A lo largo de su trayectoria, ha sido diputado en cinco legislaturas, alcalde de Pau desde 2014 y ha ocupado el cargo de ministro en tres ocasiones bajo diferentes presidentes.

Su relación con Macron ha sido cordial, y su partido, el Movimiento Demócrata, apoyó al presidente en las últimas elecciones. Macron, reconociendo su lealtad, le confió a Bayrou la dirección de un plan estratégico nacional, aunque este ha carecido de relevancia hasta el momento. La élite política francesa parece actuar con una calma inquietante, ignorando la crisis estructural que podría poner en peligro la estabilidad del sistema republicano.

La elección de Bayrou como primer ministro no garantiza una solución a los problemas que enfrenta Francia. La asamblea nacional parece más interesada en la destitución del presidente que en encontrar un camino hacia la estabilidad. La posibilidad de que Bayrou logre culminar un año legislativo y convocar nuevas elecciones parece remota, lo que deja a Francia en una situación de incertidumbre política y económica.

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