El año 2024 ha sido un periodo marcado por intensos conflictos en la región de Oriente Medio, especialmente en Gaza, donde se han registrado más de 45,000 muertes. La situación ha llevado a un debilitamiento significativo de Hamas, que ha perdido a muchos de sus líderes y combatientes. A pesar de estos reveses, la organización sigue operativa y capaz de lanzar ataques contra Israel, lo que plantea interrogantes sobre su futuro y el control de Gaza tras el conflicto.
Desarrollo militar y control territorial
Israel ha logrado avances militares significativos en su lucha contra Hamas, tomando el control de áreas estratégicas en Gaza, como Rafah y el corredor Filadelfo, que se utilizan para el contrabando. La ofensiva israelí ha resultado en la eliminación de un número considerable de líderes de Hamas, debilitando su infraestructura militar. Sin embargo, la organización todavía mantiene la capacidad de lanzar cohetes, lo que indica que su resistencia no ha sido completamente erradicada.
En el norte, Israel ha intensificado sus operaciones contra Hezbollah, infligiendo pérdidas significativas a la milicia chiíta libanesa. A pesar de haber sufrido la muerte de numerosos líderes y la destrucción de gran parte de su arsenal, Hezbollah continúa representando una amenaza para Israel, lo que sugiere que la estabilidad en la región sigue siendo frágil.
La situación en Siria también ha cambiado drásticamente, con la caída del régimen de Bashar al-Assad y el ascenso de grupos como Hayat Tahrir A-Sham. Israel ha aprovechado esta inestabilidad para establecer un control más firme sobre la zona de amortiguamiento en la frontera, aunque la incertidumbre sobre el futuro de Siria persiste.
En Yemen, los ataques de los hutíes han aumentado, con misiles que han alcanzado territorio israelí, lo que ha llevado a Israel a considerar una respuesta militar más contundente. La situación en este país se ha convertido en un nuevo frente de preocupación para el gobierno israelí, que busca desarticular las capacidades de los hutíes para amenazar su seguridad.
Por otro lado, la relación entre Israel y Estados Unidos, especialmente con la posible reelección de Donald Trump, podría influir en la dinámica regional. Trump ha mostrado interés en expandir los Acuerdos de Abraham, que normalizan las relaciones entre Israel y varios países árabes, aunque el contexto actual, marcado por la violencia en Gaza, podría complicar este proceso.
A medida que se aproxima el año 2025, las tensiones en la región parecen estar lejos de resolverse. La lucha por el control de Gaza, la amenaza persistente de Hezbollah y los conflictos en Siria y Yemen continúan siendo factores críticos que moldean la política de seguridad israelí. La búsqueda de una solución duradera se enfrenta a desafíos significativos, y la comunidad internacional observa con atención los próximos pasos que tomará Israel en este complejo escenario.
