La influencia de la desinformación y la propaganda en la era digital: la perspectiva de Renée DiResta
Renée DiResta, investigadora en la Universidad de Georgetown y experta en la manipulación y el acoso en redes sociales, ha dedicado su carrera a analizar el fenómeno de la desinformación. Tras su paso por el Observatorio de Internet de la Universidad de Stanford, DiResta se encontró en el centro de una tormenta mediática después de que se viralizara la teoría conspirativa que afirmaba que Joe Biden había robado las elecciones de 2020. En su nuevo libro, «Dirigentes invisibles. La gente que convierte mentiras en realidad», DiResta expone el poder de los propagandistas anónimos en la construcción de la opinión pública, donde una combinación de influencers, algoritmos y audiencias comprometidas juega un papel fundamental.
DiResta ha sido objeto de ataques y demandas infundadas por parte de aquellos que consideran que su labor en la lucha contra la desinformación es una amenaza. Según ella, estas tácticas son parte de una estrategia más amplia para desmantelar instituciones que se oponen a la propagación de mentiras. La investigadora sostiene que la academia y otros actores deben intervenir para proteger la integridad de la investigación y la verdad, ya que el desmantelamiento de centros de investigación basados en fantasías políticas no contribuye al bienestar de la sociedad estadounidense. Además, critica la falta de transparencia en las plataformas digitales, que se ha visto agravada por la presión política y las teorías de conspiración sobre la censura.
El fenómeno de la propaganda y la desinformación no se limita a un solo bando político. DiResta señala que los medios de comunicación de derecha han desarrollado una red efectiva de difusión de contenido que refuerza su narrativa, creando una especie de «universo cinematográfico» en el que se presentan héroes y villanos. En contraste, la izquierda carece de esta cohesión y tiende a competir entre sí, lo que dificulta la creación de un discurso unificado. La investigadora enfatiza la necesidad de que las instituciones de salud pública y otros organismos se adapten a los nuevos ecosistemas de comunicación, donde la interacción con influencers puede ser crucial para llegar a audiencias más amplias y contrarrestar la desinformación.