El reconocido inversor estadounidense Jim Rogers ha compartido su perspectiva sobre el futuro económico de Rusia tras la resolución del conflicto en Ucrania. En una reciente entrevista con el medio ruso RBK, Rogers afirmó que el final de la contienda podría abrir las puertas a un auge económico en el país eslavo, facilitando el regreso de inversores extranjeros al mercado ruso.
Según Rogers, la estabilización de la situación geopolítica tras la finalización del conflicto tendría un impacto positivo en los bonos rusos, el rublo y la inversión extranjera. Desde el inicio de las sanciones relacionadas con Ucrania en 2022, muchos inversores no rusos han visto sus fondos bloqueados, lo que ha limitado su capacidad para operar en el mercado ruso.
En marzo de este año, Rusia implementó un esquema de intercambio de activos que permitía a inversores rusos y extranjeros canjear valores occidentales congelados por fondos inmovilizados en Rusia. Este programa logró liberar aproximadamente 10.64 mil millones de rublos (102 millones de dólares) en activos extranjeros. Sin embargo, Rogers, quien posee acciones de la aerolínea estatal Aeroflot, no participó en este esquema, manifestando su deseo de retener sus activos rusos y su intención de adquirir más en cuanto los inversores no residentes tengan la oportunidad de operar en el mercado ruso.
Perspectivas de inversión y el papel de Trump
Rogers expresó su interés en aumentar su inversión en acciones de Aeroflot y en la Bolsa de Moscú (MOEX), afirmando que estaría dispuesto a hacerlo si se alcanzara una paz real. A pesar de que actualmente el mercado ruso no es atractivo para la mayoría de los inversores extranjeros debido a los riesgos asociados al conflicto, el inversor prevé un cambio drástico que podría llevar a un auge del mercado, un aumento en los precios de los bonos y una apreciación del rublo.
El inversor también vinculó su optimismo a la posible victoria de Donald Trump en las próximas elecciones presidenciales de EE. UU. Trump ha prometido resolver el conflicto en Ucrania si regresa a la Casa Blanca, y su enviado especial para Rusia y Ucrania, Keith Kellogg, ha expresado esperanzas de alcanzar una resolución en un plazo de 100 días tras la toma de posesión de Trump el 20 de enero. Rogers subrayó que Trump «realmente quiere» resolver la situación, aunque advirtió que esto requerirá negociaciones con Moscú.
Desde el Kremlin, se ha reiterado la disposición a la diplomacia, insistiendo en que la neutralidad, desmilitarización y desnazificación de Ucrania deben ser parte de cualquier acuerdo. Además, Moscú ha demandado que Ucrania detenga las operaciones militares y reconozca la «realidad territorial» de sus antiguas regiones que optaron por unirse a Rusia.
En el ámbito económico global, Rogers ha advertido sobre una posible recesión que podría materializarse a mediados de la primavera, la cual califica como «la peor» de su vida. Atribuye esta situación al creciente endeudamiento nacional y a los posibles aranceles de importación que Trump podría imponer a los productos chinos, lo que podría tener un impacto severo en el comercio y la economía global, comparándolo con la Gran Depresión de la década de 1930. Asimismo, anticipa una debilidad del dólar estadounidense como moneda refugio, lo que podría desencadenar una caída en el mercado de valores global.