Musk, el nuevo trol de Europa: ¿desestabilización o estrategia empresarial?

In Internacional
enero 09, 2025

A Europa le ha surgido un nuevo desafío en la figura de Elon Musk, el hombre más rico del mundo y conocido por su cercanía con Donald Trump. En las últimas semanas, Musk ha intensificado su injerencia en la política europea, pidiendo la dimisión de líderes como el canciller alemán y el primer ministro británico, y mostrando su apoyo a partidos de extrema derecha en varios países del continente. Su crítica a la nueva Comisión Europea, a la que ha calificado de “antidemocrática”, plantea interrogantes sobre sus verdaderas intenciones y los intereses empresariales que podrían estar detrás de su campaña.

El vicecanciller alemán, Robert Habeck, ha señalado que Musk está fortaleciendo a aquellos que buscan debilitar a Europa, un continente que, según él, es visto como un obstáculo para quienes desean limitar las regulaciones que afectan su poder. Musk ha elogiado a la formación política Alternativa por Alemania (AfD), describiéndola como “la última brizna de esperanza” para el país, y ha aplaudido sus propuestas de desregulación y reducción de impuestos, lo que claramente beneficiaría sus negocios.

Intereses empresariales en juego

Los intereses de Musk en Europa son amplios y variados. Tesla, su empresa de automóviles eléctricos, lideró el mercado europeo el año pasado con una cuota del 12%, y cuenta con más de 1.250 puntos de recarga en una veintena de países. Además, sus satélites Starlink proporcionan servicios de internet en 23 naciones de la UE, y SpaceX está en negociaciones con Italia para un contrato multimillonario que le permitiría ofrecer una red de comunicaciones encriptadas para sus fuerzas armadas y diplomáticos.

Sin embargo, la Europa de 450 millones de consumidores también representa un reto para Musk, especialmente debido a las crecientes regulaciones de Bruselas, que buscan mejorar la autonomía estratégica del continente. La Comisión Europea ha acusado a X (anteriormente Twitter) de violar su nueva Ley de Servicios Digitales, que exige a las plataformas digitales combatir la desinformación y los contenidos ilegales. Esto podría llevar a una prohibición de X en la UE o a multas significativas que afectarían no solo a la red social, sino potencialmente a todas las empresas de Musk.

Musk ha manifestado su intención de luchar “muy públicamente en los tribunales” si se imponen sanciones. Además, Trump ha advertido que no permitirá que la UE “se aproveche de nuestras compañías”, lo que sugiere una posible movilización de la extrema derecha en Europa para presionar a las autoridades europeas en este contexto.

Por otro lado, la UE ha implementado aranceles a algunos vehículos Tesla importados desde China, como parte de su estrategia para proteger la industria europea del vehículo eléctrico. Aunque estos aranceles son menores de lo que se había previsto inicialmente, Musk podría verlos como un obstáculo en su expansión en el continente.

La situación se complica aún más con el anuncio de la UE de lanzar 290 satélites en los próximos años, lo que podría rivalizar con los servicios de Starlink de Musk. Este movimiento es visto por algunos analistas como una respuesta directa a la creciente influencia del magnate en la política y economía europeas.

En este contexto, la figura de Musk se convierte en un símbolo de las tensiones entre intereses empresariales y regulaciones gubernamentales, así como de la creciente polarización política en Europa. Los líderes europeos se encuentran ante el reto de gestionar esta nueva realidad, mientras Musk continúa desafiando el orden establecido con su influencia y recursos.

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