Un escalofriante caso ha sacudido Alemania, donde un matrimonio ha confesado haber asesinado a dos mujeres ucranianas y haber robado a la hija de una de ellas. Los acusados, identificados como Marco, de 43 años, e Ina, de 45, se presentaron ante un tribunal en Mannheim, donde admitieron haber cometido los crímenes en marzo del año pasado.
Según los fiscales, las víctimas, una mujer de 27 años y su madre de 51, se encontraban en un alojamiento para solicitantes de asilo en Wiesloch cuando conocieron a la pareja, que se ofreció como voluntaria para ayudarles con la traducción a través de un grupo de Telegram. Tras el nacimiento del bebé en febrero, los acusados comenzaron a tramar un plan para asesinar a la joven madre y apropiarse de su hija.
Detalles del crimen
Los hechos ocurrieron a principios de marzo, cuando el matrimonio llevó a las dos mujeres a un restaurante y les administró sedantes en sus bebidas. Posteriormente, Marco trasladó a la madre de la joven a un lago, donde la golpeó hasta causarle la muerte. Luego, hizo lo mismo con la joven, llevándola a una presa, donde la asesinó de manera similar antes de incinerar su cuerpo.
Las autoridades encontraron los restos de la joven pocas horas después, mientras que el cuerpo de la madre fue recuperado varias semanas más tarde por buzos de la policía. El bebé fue rescatado sin daños y los sospechosos fueron arrestados. En su declaración ante el tribunal, Marco expresó su arrepentimiento, afirmando que él y su esposa ya tenían cuatro hijos y que estaban dispuestos a cometer tales actos para tener una hija, tras haber sufrido múltiples abortos espontáneos y fracasos en tratamientos de fertilidad.
Ina también se mostró arrepentida, reconociendo que su deseo de tener una hija había llevado a la pareja a cometer un error irreparable. La pequeña, actualmente bajo el cuidado de su tía en Ucrania, se ha convertido en el símbolo de una tragedia que ha dejado a dos familias destrozadas.
El tribunal de Mannheim ha programado un total de nueve días de audiencias hasta finales de febrero, donde se les imputan dos cargos de asesinato en conjunto y un cargo de secuestro de menor. Este caso pone de relieve no solo la desesperación de algunas personas en situaciones extremas, sino también la vulnerabilidad de los migrantes en Europa, que a menudo se encuentran en situaciones de riesgo y explotación.