El Vaticano ha emitido una nueva directiva que permite a los hombres homosexuales ingresar al sacerdocio, siempre que se comprometan a la celibato y eviten promover lo que se denomina “cultura gay”. Esta normativa fue publicada por la Conferencia Episcopal Italiana (CIE) el pasado jueves y estará en vigor durante un periodo de prueba de tres años.
El documento establece que las “personas con tendencias homosexuales” que deseen unirse al clero deben cumplir con el mismo compromiso de celibato que se exige a sus homólogos heterosexuales. Sin embargo, la CIE aclara que no se podrá admitir en el seminario ni en las órdenes sagradas a aquellos que “practiquen la homosexualidad, presenten tendencias homosexuales profundamente arraigadas o apoyen la llamada cultura gay”. Según el texto, estas personas “se encuentran, de hecho, en una situación que dificulta gravemente las relaciones correctas con hombres y mujeres”.
Contradicciones en la postura del Papa
Si bien esta nueva normativa ofrece una vía para que los hombres homosexuales accedan al sacerdocio, no se aleja del lenguaje de una orden emitida en 2016 por el Papa Francisco, que prohíbe la admisión de hombres que “practiquen la homosexualidad o muestren tendencias homosexuales profundamente arraigadas”. Desde su ascenso al papado en 2013, Francisco ha emitido una serie de declaraciones que han generado confusión respecto a la homosexualidad. En una ocasión, al ser preguntado sobre la posibilidad de que hombres homosexuales se unieran al sacerdocio, respondió “¿quién soy yo para juzgar?”. Sin embargo, en 2018, sugirió que los sacerdotes homosexuales deberían alejarse de la Iglesia, afirmando que “es mejor que dejen el ministerio o la vida consagrada en lugar de vivir una doble vida”.
El año pasado, el Papa se disculpó tras expresar en una entrevista que había demasiada “frociaggine” (término italiano que se traduce como “faggotry”) en los seminarios. Aunque Francisco nunca ha contradicho la catequesis de la Iglesia Católica, que sostiene que “los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados”, ha realizado algunas concesiones hacia la comunidad LGBT, incluyendo una decisión en diciembre de 2023 que permite a los sacerdotes bendecir parejas no casadas y del mismo sexo.
