El mundo del tenis continúa sumando controversias en un inicio de temporada que ya se ha visto marcado por escándalos. A los recientes casos de dopaje que involucran a los jugadores Jannik Sinner e Iga Swiatek, se añade una nueva polémica centrada en la kazaja Elena Rybakina, actual número seis del ranking WTA. Esta situación no gira en torno a su rendimiento en la pista, sino a los conflictos en su entorno profesional, específicamente relacionados con sus entrenadores.
Rybakina ha decidido contratar a Goran Ivanisevic, exentrenador de Novak Djokovic, para esta temporada, pero también ha reincorporado a su antiguo técnico, Stefano Vukov, con quien había terminado abruptamente hace cinco meses. Este retorno ha despertado un gran revuelo, especialmente tras las acusaciones de que Vukov ejercía una presión psicológica excesiva sobre la tenista, lo que supuestamente habría contribuido a problemas de salud mental y una baja por estrés no oficial. La periodista rusa Sonya Tartakova ha sido una de las voces que ha denunciado esta situación, afirmando que el estrés que Rybakina enfrenta actualmente es psicosomático y derivado de su relación con Vukov.
La WTA, ante la gravedad de las acusaciones, ha decidido investigar a Vukov por presuntos malos tratos hacia Rybakina. Como resultado, no podrá asistir al Open de Australia, donde se encuentra la tenista kazaja compitiendo bajo la dirección de Ivanisevic. A pesar de las tensiones, Rybakina ha tratado de desviar la atención mediática de la controversia, insistiendo en que su enfoque está en el torneo y que no ha experimentado maltrato por parte de Vukov. Sin embargo, la comunidad tenística sigue atenta a la evolución de este caso, que podría tener un impacto significativo en el circuito femenino.