Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll, ha estado en el centro de la controversia tras la revelación de documentos desclasificados por el Gobierno español. Según estos informes, es Satty se reunió en seis ocasiones con los servicios de información mientras cumplía condena en la prisión de Castellón, donde se buscaba obtener información sobre entornos yihadistas. Sin embargo, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) decidió descartarlo como colaborador, alegando que no confiaban en la información que proporcionaba y que no representaba un riesgo entre los años 2014 y 2015. Los agentes que lo entrevistaron lo describieron como una persona «bastante inteligente, con mucha memoria y desconfiada», pero también señalaron que no mostraba interés en nada en particular.
Reacciones a la revelación de documentos
Las reacciones a estas revelaciones no se han hecho esperar. Carles Puigdemont, líder de Junts y expresidente de la Generalitat, se pronunció en redes sociales, instando a investigar si hubo negligencia policial o connivencia en el caso de es Satty. Puigdemont subrayó la necesidad de depurar responsabilidades, recordando que las fallas en el trabajo de inteligencia resultaron en 16 muertes y numerosos heridos. Además, expresó sus dudas sobre el hecho de que un imán marroquí pudiera redactar un informe desde prisión donde se mencionan los DNI de varias personas, sugiriendo que el Estado tenía un conocimiento más profundo de su situación de lo que se ha admitido.
Gabriel Rufián, también se manifestó en la misma línea, acusando a los organismos de seguridad de ser «inútiles» si la información desclasificada es correcta. Rufián enfatizó que la falta de acción podría llevar a que situaciones similares se repitan en el futuro. En este contexto, la Mesa de la Comisión de Investigación en el Congreso se reunirá hoy para abordar estos asuntos y discutir los detalles contenidos en los documentos recién publicados, lo que podría abrir nuevas líneas de investigación y análisis sobre la prevención del terrorismo en España.