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La caza del «oro del Himalaya»: un peligroso negocio marcado por rayos mortales

In Sin categoría
enero 14, 2025

En el remoto altiplano tibetano de Qinghai, crece un hongo raro que se desarrolla dentro de orugas muertas. Este hongo parásito, conocido como Ophiocordyceps sinensis, es muy valorado en la medicina tradicional china por sus supuestos efectos medicinales. Apodado «oro del Himalaya», su precio en el mercado de medicina herbal puede alcanzar cifras astronómicas, llegando hasta los 63,000 dólares por libra.

El Ophiocordyceps sinensis es un parásito que infecta a las orugas de la polilla fantasma. El proceso comienza a finales del verano y principios del otoño, cuando las esporas del hongo infectan a las orugas. Con el tiempo, los filamentos fúngicos, llamados micelios, se extienden y consumen a las orugas desde dentro, convirtiéndolas en caparazones momificados para el invierno. Al llegar la primavera, el hongo alcanza su etapa final: un cuerpo fructífero similar a una hierba brota de la cabeza de la oruga preservada y se eleva a través del suelo.

Una cosecha mortal

Los recolectores buscan este hongo durante la primavera y el verano, momentos en los que las tormentas eléctricas son más frecuentes en estas montañas. Los aldeanos pasan semanas buscando este recurso precioso, a veces a altitudes que superan los 5,000 metros sobre el nivel del mar. A estas alturas, el clima puede cambiar en un instante y no hay refugio seguro durante las tormentas.

A pesar de que esta área no recibe tantos rayos como otras partes de Asia, el riesgo sigue siendo considerable durante los meses cruciales de recolección. Lamentablemente, la búsqueda del hongo ha resultado en al menos 31 muertes relacionadas con rayos y 58 lesiones en la última década, según los anales de desastres meteorológicos de China y sitios web gubernamentales, incluyendo la Administración Meteorológica de China.

En mayo de 2022, siete aldeanos, entre ellos un niño, perdieron la vida a causa de un rayo mientras recolectaban el hongo. Al año siguiente, tres personas de Nepal sufrieron heridas por rayos durante la recolección y tuvieron que ser rescatadas por helicóptero tras quedar atrapadas en las montañas durante días.

Un estudio reciente realizado por el meteorólogo Ronald Holle y un servidor reveló que las tasas de mortalidad por rayos en los puntos de recolección de Ophiocordyceps en los condados de Yushu y Garze son de 10 a 20 veces más altas que las tasas ya elevadas en China en general. Estas cifras son comparables a algunas de las regiones más afectadas por rayos en África, donde la infraestructura de seguridad y la educación sobre los peligros son prácticamente inexistentes.

Además de los rayos, los recolectores también enfrentan otros peligros, como granizo, lluvias intensas y fuertes vientos. La complejidad del terreno hace que los patrones climáticos sean dramáticos e impredecibles. Para complicar aún más la situación, la señal de teléfono móvil y otras opciones de comunicación son limitadas o inexistentes, dejando a los aldeanos desconectados de las alertas sobre peligros meteorológicos.

También pueden encontrarse con amenazas de animales salvajes y pendientes montañosas peligrosas. En un caso trágico, un recolector fue alcanzado por un rayo y cayó a su muerte en un terreno empinado. La atención médica es rara vez accesible y, cuando ocurren accidentes, puede pasar días antes de que llegue ayuda.

El dilema de la recolección

La recolección del hongo se presenta como un negocio de alto riesgo y alta recompensa. Para los aldeanos locales, las recompensas potenciales son significativas. Con pocas oportunidades de ingresos en esta región remota, muchos ven el comercio del hongo como su mejor esperanza de supervivencia. Se enfrentan a una elección difícil: arriesgar su vida o caer en la pobreza.

Mejorar la educación sobre seguridad ante rayos y la infraestructura es fundamental, aunque lejos de ser fácil. Cualquier cambio real requeriría una considerable inversión. Aunque el gobierno local organiza algo de educación sobre seguridad ante rayos, estas comunidades montañesas son aisladas y la información suele estar desactualizada. Además, no existe una forma práctica de instalar una protección adecuada contra rayos en el vasto y accidentado terreno donde se recolecta el hongo.

El medio ambiente también está sufriendo. La gran cantidad de personas que buscan el hongo está dañando el delicado suelo montañoso, talando árboles para leña y dejando basura en sus campamentos. Años de sobreexplotación han obligado a los recolectores a pasar más tiempo en las montañas para encontrar suficiente hongo, lo que aumenta su exposición a los rayos y contribuye a la disminución del hongo. Los científicos advierten que si esta recolección agresiva continúa, el Ophiocordyceps podría desaparecer por completo en las próximas décadas.

Sin embargo, hay una luz de esperanza. Investigadores están explorando maneras de cultivar este hongo como posible sustituto del que se recolecta salvajemente. Mientras tanto, los gobiernos de China, India, Nepal y Bután han implementado regulaciones para proteger la sostenibilidad de la recolección de Ophiocordyceps. Pero cualquier solución requerirá abordar las inequidades económicas y educativas subyacentes en esta región remota, abriendo nuevas oportunidades para que estas comunidades ganen un sustento sin necesidad de arriesgar sus vidas por el «oro del Himalaya».

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.