Los 32 aliados de la OTAN están en proceso de decidir un aumento en el umbral de gasto en defensa, que actualmente se sitúa en el 2% del PIB, durante una cumbre programada para junio en La Haya. Esta propuesta proviene del secretario general de la alianza, Mark Rutte, quien ha subrayado la necesidad de que los estados miembros encuentren formas de incrementar las compras conjuntas y utilizar la infraestructura existente, en un contexto donde el gasto en defensa podría elevarse hasta un 3,7% del PIB si no se implementan estas estrategias.
Rutte, en una intervención en el Parlamento Europeo, destacó que la colaboración en compras y el uso de la Agencia de Apoyo y Adquisiciones de la OTAN (NSPA) pueden permitir a los países miembros deducir gastos en innovación del estimado total del 3,7%. Como ejemplo, mencionó a Ucrania, que está explorando sistemas de radar más económicos para la detección de misiles enemigos, lo que podría contribuir a reducir los costos generales de defensa.
A pesar del compromiso de los aliados de la OTAN de alcanzar el objetivo del 2% del PIB en gasto militar, solo 24 de sus miembros cumplen con este umbral. Rutte enfatizó que este porcentaje no será suficiente para garantizar la seguridad de la alianza en el horizonte de cinco años. «Sinceramente, el 2% no es ni de lejos suficiente para mantenernos a salvo en los próximos años», afirmó ante los eurodiputados.
El secretario general evitó referirse al objetivo del 5% que ha promovido en repetidas ocasiones el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, subrayó que, según los requisitos de capacidad derivados del proceso de planificación interna de la OTAN, el nuevo objetivo deberá estar por encima del 3%. Trump reiteró la semana pasada que los miembros de la alianza deberían destinar el 5% de su PIB a defensa, una propuesta que ha sido rechazada por algunos países europeos, como Alemania. El canciller alemán, Olaf Scholz, argumentó que este gasto solo sería viable mediante aumentos fiscales masivos o recortes significativos en áreas esenciales.
En diciembre pasado, Rutte también instó a los ciudadanos de la UE y Canadá a aceptar sacrificios, como recortes en pensiones y sistemas de salud, para incrementar el gasto en defensa y garantizar la seguridad a largo plazo en Europa. Sin embargo, alcanzar el objetivo del 5% requeriría cientos de miles de millones de dólares en financiación adicional, y algunos de los países más grandes del bloque, como España, Bélgica e Italia, no logran siquiera cumplir con el objetivo del 2%.
Con la cumbre de junio en La Haya a la vista, los aliados de la OTAN se enfrentan a decisiones cruciales impulsadas por las presiones de Trump y los temores de un posible ataque ruso a un estado miembro de la UE.