El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha reavivado el interés por la compra de Groenlandia, una cuestión que había suscitado controversia durante su mandato anterior. Recientemente, aliados republicanos en la Cámara de Representantes han presentado un proyecto de ley que autoriza al presidente a iniciar negociaciones con Dinamarca para adquirir la isla. Este movimiento ha generado reacciones tanto en Estados Unidos como en Groenlandia, donde su líder pro-independencia ha manifestado su disposición a dialogar.
El proyecto de ley, impulsado por el representante Andy Ogles y respaldado por diez co-patrocinadores, permitiría a Trump comenzar las negociaciones con Dinamarca inmediatamente después de su toma de posesión el 20 de enero de 2025. En el texto del proyecto se establece que “el Congreso autoriza al Presidente, a partir de las 12:01 p.m. hora estándar del este, a buscar entrar en negociaciones con el Reino de Dinamarca para la compra de Groenlandia”.
Intereses estratégicos y reacciones internacionales
Trump ha calificado la adquisición de Groenlandia como una “necesidad absoluta” para la seguridad nacional de Estados Unidos, y no ha descartado la posibilidad de utilizar presión militar o económica para lograr este objetivo. En declaraciones recientes, el presidente electo cuestionó la legalidad de la soberanía danesa sobre la isla, sugiriendo que si Dinamarca tiene algún derecho sobre Groenlandia, debería renunciar a él en favor de Estados Unidos.
Por su parte, el primer ministro de Groenlandia, Mute Egede, ha reiterado la ambición de la isla de alcanzar la independencia de Dinamarca. Egede enfatizó que el pueblo groenlandés no desea ser ni danés ni estadounidense, aunque ha expresado su disposición a dialogar con Trump, reconociendo que las insinuaciones de uso de la fuerza son “serias”.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, se encuentra entre los océanos Atlántico y Ártico. Desde principios del siglo XIX hasta la década de 1950, fue un territorio bajo control danés. Durante la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ocupó la isla tras la invasión nazi de Dinamarca. Actualmente, Groenlandia alberga una base militar estadounidense y cuenta con infraestructura para un sistema de alerta temprana de misiles balísticos.
La isla ha ido ganando autonomía y fue dotada de autogobierno en 1979, alcanzando en 2009 el derecho a declarar su independencia si así lo decide un referéndum. Egede ha subrayado que “el deseo de independencia, la voluntad de estar en casa, es probablemente comprendido por todos los pueblos del mundo”, añadiendo que una votación sobre la independencia “llegará pronto”.
A pesar de su escasa población, que no supera los 57,000 habitantes, Groenlandia es rica en recursos naturales, incluyendo depósitos de oro, plata, cobre y uranio, y se cree que posee vastas reservas de petróleo en sus aguas territoriales. Un reciente sondeo de la firma estadounidense Patriot Polling indica que aproximadamente el 57% de la población groenlandesa apoya la propuesta de Trump, aunque el estudio se realizó con un número limitado de encuestados durante una visita de Donald Trump Jr. a la isla.
