La estrella estadounidense Taylor Swift se ha visto involucrada en una disputa legal entre la actriz Blake Lively y el director Justin Baldoni, que ha captado la atención de los medios por su naturaleza inusual y las implicaciones que conlleva. La controversia gira en torno a una demanda de Baldoni por 400 millones de dólares, en la que acusa a Lively, su publicista Leslie Sloan, al actor Ryan Reynolds y a la firma de publicidad Vision PR, de haberle presionado para que concediera a Lively un mayor control creativo en la adaptación cinematográfica de la novela It Ends With Us.
El corazón de la disputa se centra en una escena clave del film, ubicada en una azotea, que Lively había atribuido públicamente a la escritura de Reynolds. Según la demanda, Lively se acercó a Baldoni para solicitar la oportunidad de reescribir la escena, afirmando que había escrito para las películas de su esposo, Reynolds. Baldoni, quien además de dirigir el filme interpreta el interés amoroso de Lively, se mostró inicialmente reticente ante las modificaciones que la actriz proponía, pero le agradeció su pasión y sugirió que el resultado final sería un punto intermedio entre su versión original y la de Lively.
Posteriormente, Lively habría guardado silencio durante días hasta que convocó a Baldoni a su ático en Nueva York. Al llegar, Baldoni fue recibido por Reynolds, quien comenzó a elogiar entusiastamente la versión de Lively. Swift, quien hizo una aparición inesperada al final de la reunión, también fue mencionada en el documento legal. Aunque en un principio su nombre no se incluyó, se hace referencia a ella como «Taylor» en los mensajes intercambiados entre Lively y Baldoni tras la cita.
Baldoni sintió que debía cumplir con las indicaciones de Lively sobre el guion. En un intercambio de mensajes de texto en abril de 2023, Baldoni expresó su aprecio por la versión de Lively de la escena en la azotea, señalando que hacía la historia más interesante y divertida, y que su opinión se había visto influenciada por la participación de Reynolds y Swift. En su respuesta, Lively se refirió a ambos como sus «dragones», sugiriendo una relación de apoyo mutuo en su proceso creativo.
A medida que se desarrollaba la controversia, las declaraciones y las pruebas presentadas en la demanda revelaron tensiones en el equipo creativo. La situación se complicó aún más cuando Lively demandó a Baldoni y a otros por acoso sexual y represalias, alegaciones que Baldoni ha negado. La demanda de Baldoni, a su vez, ha puesto en tela de juicio la autenticidad de las contribuciones de Lively al guion, dado que su declaración sobre quién había escrito la escena en la azotea contradice sus afirmaciones previas.
Este caso no solo pone de manifiesto las complejidades del mundo del entretenimiento, sino que también refleja la lucha por el reconocimiento y el crédito en un entorno donde las dinámicas de poder pueden ser desiguales. Hasta el momento, los representantes de Swift, Lively y Reynolds no han respondido a las solicitudes de comentarios sobre esta situación, que sigue evolucionando a medida que se desarrollan los acontecimientos legales.
