La contaminación por sal en aguas dulces se ha convertido en una preocupación creciente a nivel global. El exceso de sal perjudica a las plantas, degrada el suelo y compromete la calidad del agua. En las áreas urbanas, las sales utilizadas para el deshielo durante el invierno suelen lavarse en los sistemas de aguas pluviales, lo que plantea preocupaciones de salud y desafíos para la infraestructura.
En este contexto, la profesora asistente de ingeniería civil y ambiental, Megan Rippy, ha iniciado una investigación para comprender cómo la sal afecta a las plantas en los estanques de retención de aguas pluviales y evaluar si ciertas especies vegetales pueden mitigar la contaminación salina mediante un proceso denominado fitoremediación.
Impacto de la sal en la infraestructura verde
Rippy, quien lideró un estudio de un año sobre los estanques de retención de aguas pluviales en el norte de Virginia, ha descubierto que la cantidad de sal presente en estos sistemas puede alcanzar niveles que amenazan las comunidades vegetales. Aunque existen plantas tolerantes a la sal, como los halófitos, su capacidad para mitigar la contaminación salina es limitada, ya que no asimilan suficiente sal.
El estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, revela que los estanques que drenan carreteras presentan los niveles de sal más altos, generando un estrés significativo en las plantas. En cambio, los estanques que drenan áreas ajardinadas exhiben niveles de sal bajos o nulos. De las 255 especies de plantas identificadas en los estanques, 48 especies nativas demostraron capacidad para tolerar altas concentraciones de sal, siendo los juncos (cattails) los más destacados en la absorción de sal.
A pesar de su potencial, la investigación indica que el impacto de las plantas tolerantes a la sal en la eliminación de la sal es limitado. En un estanque densamente plantado con juncos, sólo se pudo eliminar entre el 5 y el 6 por ciento de la sal aplicada en invierno. Esto sugiere que la fitoremediación por sí sola no puede resolver el problema de la contaminación por sal, aunque podría complementar estrategias más amplias de gestión de sal que aborden también la aplicación de sal en invierno.
Los hallazgos de Rippy proporcionan información valiosa sobre la interacción entre las plantas, la contaminación salina y la infraestructura verde. Comprender cómo las plantas toleran y procesan la sal es un paso crucial hacia el desarrollo de soluciones sostenibles para proteger los ecosistemas de agua dulce. Si bien las plantas no pueden resolver por sí solas el problema de la contaminación por sal, su papel en las estrategias de gestión integrada es fundamental, lo que puede ofrecer orientación a urbanistas, ingenieros y científicos ambientales para diseñar sistemas de aguas pluviales más efectivos que gestionen el escorrentía, reduzcan la contaminación por sal y contribuyan a la creación de ciudades más verdes y resilientes.