El zoológico de Leipzig, Alemania, ha tomado la controvertida decisión de sacrificar a cuatro antílopes lechwe, argumentando razones de control poblacional. Esta acción ha suscitado un intenso debate sobre la ética de la gestión de la fauna en cautiverio, especialmente cuando no se mencionan problemas de salud ni la edad avanzada de los animales.
Según el portavoz del zoológico, los antílopes fueron abatidos el pasado viernes mediante cinco “disparos de precisión”. La institución justificó su decisión al señalar que había intentado sin éxito transferir a los animales a otro zoológico a través del Programa Ex-situ, una iniciativa de gestión poblacional y conservación promovida por la Asociación Europea de Zoos y Acuarios.
La decisión fue respaldada por una comisión ética especial, según informa el diario Leipziger Volkszeitung, lo que plantea interrogantes sobre los criterios utilizados para evaluar el bienestar animal en este tipo de instalaciones. La práctica de sacrificar animales en zoológicos no es nueva, pero la falta de transparencia en los motivos de esta acción ha generado críticas entre defensores de los derechos de los animales y expertos en conservación.
Casos similares en otros zoológicos
Este incidente en Leipzig no es un caso aislado. En octubre, el zoológico de Adelaide, Australia, tomó la decisión de sacrificar a dos leones, Mujambi y Amani. Aunque Mujambi padecía problemas de salud que no pudieron ser tratados, la decisión de sacrificar a Amani, que no estaba gravemente enferma, fue justificada por el zoológico como una medida para evitarle el “impacto negativo” de vivir sola tras la muerte de su compañero. El director del zoológico argumentó que la integración de Amani en otro grupo podría resultar demasiado estresante.
Por otro lado, en 2022, el zoológico de Furuvik en Suecia disparó a tres chimpancés tras su escape, alegando que estos animales, por su naturaleza “rápida, muy fuerte y generalmente temeraria”, podrían representar una amenaza para la vida humana. La falta de tranquilizantes suficientes para manejar la situación de manera más humanitaria fue citada como una de las razones para esta drástica medida.
Estos casos reflejan un dilema persistente en la gestión de zoológicos: la necesidad de equilibrar el bienestar animal con la seguridad pública y los objetivos de conservación. Sin embargo, la falta de alternativas viables y la opacidad en la toma de decisiones generan un clima de desconfianza y cuestionamiento sobre la ética de estas instituciones.
